El gesto de tirar de la cadena se hace unas 15 veces al día en una casa en la que viven tres personas. Eso supone dejar caer por el desagüe entre 120 y 200 litros. En un año, la cifra puede alcanzar los 60.000 litros.

Reducir el consumo de agua y cambio de cisterna

Para reducir ese consumo, sólo hay que sustituir nuestra vieja cisterna por una más moderna que economice el caudal o recurrir a un truco casero sencillo que resulta eficaz.

El cambio de una cisterna antigua (algunas llegan a descargar hasta 12 litros) por una cisterna moderna de doble botón permite la opción de descargar 2 o 3 litros solamente, más que suficiente para eliminar la orina.

Si se necesita un mayor caudal, la cisterna puede vaciar todo su contenido. Según el modelo, la capacidad puede oscilar entre los 6 y los 9 litros. Otros sistemas permiten interrumpir la descarga con una doble pulsación rápida, con lo que es posible reducirla a 1 o 2 litros.

Una forma casera de tener un sistema de ahorro de agua, es introducir en la cisterna una botella de plástico llena y cerrada con la precaución de que no bloquee el mecanismo. Este sencillo truco nos ahorrará uno o dos litros cada vez que tiremos de la cadena.

También puede disminuirse el número de litros que se descarga utilizando una goma elástica que una el mecanismo unido al tirador con la parte inferior del sistema de desagüe. Cuando accionamos el tirador, la goma se tensa y al soltar el tirador se fuerza el cierre.

Con cualquiera de estas acciones, ahorraremos agua. Si, además, comprobamos periódicamente que nuestra cisterna no tiene fugas y nos concienciamos de que el inodoro no debe ser nunca una alternativa al cubo de la basura orgánica, haremos un uso mucho más racional del mismo.

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