BilbaoUno de los grandes problemas con los que se enfrentan las ciudades es el alto número de decibelios que se producen cada día, lo que genera efectos negativos sobre la salud auditiva, física y mental de las personas. Produce estrés que afecta al ritmo cardíaco, acorta el tiempo de sueño e incrementa el riesgo de mortalidad. Sin embargo, un paisaje sonoro agradable evita estos problemas y contribuye a contrarrestar el estrés diario.

La iniciativa del Ayuntamiento, enmarcada en el proyecto QUADMAP con tres años de duración y financiada por la Unión Europea, busca precisamente identificar la presencia de sonidos agradables que incrementan la capacidad reparadora frente el estrés de los ruidos molestos.

En la actualidad, la ciudad cuenta con una red de vigilancia de la contaminación acústica formada por diez estaciones fijas que registran los niveles sonoros de forma permanente en Elorrieta, Zorroza, Txurdinaga, Santutxu, Doctor Areilza, Sabino Arana, Zarandoa, Madariaga, Ciudad Jardín y parque Doña Casilda; además de unidades móviles dotadas de sonómetros.  La estación central, situada en el Ayuntamiento, recoge y analiza los datos de todas las mediciones para crear el mapa estratégico del municipio. Con estos datos, las áreas municipales pueden planificar actuaciones y soluciones urbanas. Entre las medidas que planea el consistorio se incluyen la disposición de más árboles en los parques de árboles, así como un mayor número de asientos y papeleras, elementos que pueden actuar como barrera.

Entre las zonas que presentan mayores niveles de ruido destacan las vías urbanas con más tráfico, los accesos de entrada y salida a la ciudad, las calles principales que comunican los distritos de Rekalde y Deusto al Centro, las internas del distrito de Abando y las que bordean la Ría. En el extremo opuesto se encuentra la plaza Moyúa de Bilbao que, aunque está «rodeada de tráfico», su configuración hace que se mitiguen los efectos del ruido. Un remanso de paz en medio del bullicio cotidiano, que pronto se verá acompañada de otras “islas sonoras”.

Fuentes: Twenergy / Ayuntamiento de Bilbao / El Mundo / Tecnalia / Flickr

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