El hombre ha utilizado las cuevas como refugio y hogar desde el Paleolítico. Y hay motivos de sobra para destacar el avance que supuso para nuestros antepasados más remotos, que encontraron en grutas y cavernas la primera forma de vivienda en la que cobijarse del calor o del frío del exterior y en la que conseguir una temperatura estable sin demasiado esfuerzo. Éstos son los mismos motivos por los que este tipo de construcciones se siguen utilizando a día de hoy, además de su encanto y su valor histórico.

El motivo de su aislamiento térmico respecto al exterior se basa en la propia fisonomía de la casa-cueva, en la que la propia estructura de la caverna sirve de cimiento, de muro, de cubierta y de pilar, sin necesidad de tocar el suelo sobre el que se habita ni de crear estructuras de materiales costosos. Además, al mantener la propia estructura natural de la cueva, se genera inercia térmica que mantiene la temperatura interior en torno a los dieciocho grados.

Las casas-cueva permiten no sólo mantener con vida este tipo de construcciones bioclimáticas, sino aprovecharse de lo barato y sencillo que es alcanzar la temperatura adecuada en su interior. Esto implica que no hará falta aislamiento o climatización durante el verano y que tampoco se perderá energía a través de las paredes al intentar mantenerla caliente en invierno. Para completar sus ventajas, muchas de estas casas-cueva cuentan con la máxima calificación en su certificado energético, lo que implica que apenas emiten dióxido de carbono a la atmósfera.

En España abundan las casas-cueva en varias regiones, especialmente en Andalucía, en la Cordillera Penibética, donde destacan las ya citadas cuevas del Sacromonte, la comarca de Baza, las sierras de Cazorla y Mágina en Jaén y el interior de Almería, en el madrileño valle del Tajuña, en el norte de la provincia de Albacete y en otros puntos montañosos de la Península y de ambos archipiélagos.

Muchas de estas construcciones se han conservado en buen estado o han sido renovadas recientemente e incluso algunas están abiertas al público para dar a conocer el modo de vida en las cuevas. Un modo de vida respetuoso con el entorno y sostenible en términos energéticos.

Fuentes: Casa Cueva | Veljko MIlkovik | Earth Homes Now | El confidencial | El tiempo

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