1. No desperdicies agua. El agua es un bien escaso y es importantísimo reducir su uso en toda la casa. Pero sobre todo en la cocina. Puedes instalar atomizadores en los grifos y utilizar lavavajillas de alta eficiencia para ahorrar agua. Siempre es mejor usar el lavavajillas que fregar a mano. Si no te queda otro remedio, utiliza barreños o contenedores para almacenar el agua con jabón y que no se pierda por el fregadero. El agua que uses para la cocción de los alimentos puedes reutilizarla para el riego de tus plantas.

2. Ahorra energía. Elige electrodomésticos de bajo consumo energético, así como ollas y sartenes que tengan las mismas medidas que la vitrocerámica o las placas de inducción donde cocines. El objetivo: evitar que se escape el calor. Otra opción para cocinar de forma rápida y perder menos energía es la olla exprés. Siempre que puedas, utiliza el microondas antes que el horno. La razón: consume mucha menos energía.

3. No tires la comida. Aprovecha las sobras de tus comidas para cocinar otros platos, como unas croquetas, unas empanadillas o una lasaña. Si has hecho comida de más, puedes también congelarla para otra ocasión. Piensa bien tus compras y organiza los alimentos por fechas para evitar que te caduquen sin darte cuenta. Pero sobre todo, cocina con cabeza para no desperdiciar nada de comida.

4. Recicla. La cocina es donde más residuos producimos y donde tenemos que hacer mayores esfuerzos para evitar que terminen en el cubo de la basura. Los desechos de materia orgánica pueden aprovecharse para crear compost (sobre todo si tienes jardín) o reciclarse en el nuevo contenedor marrón con el que cuentan ya muchos municipios españoles. El vidrio, el cartón y los envases de plástico deben ser también depositados en sus contenedores correspondientes. En cuanto al aceite de cocina usado, no hay que tirarlo nunca por el fregadero, ya que es un gran contaminante de ríos y suelos. Lo mejor es llevarlo a un punto limpio o reciclarlos uno mismo para producir jabones caseros.

5. Reduce los productos de plástico en tu cocina. La mejor forma de evitar residuos en la cocina es no generándolos. Y esa labor comienza cuando hacemos la compra de los alimentos. Evita el uso de productos de usar y tirar (platos, vasos, cubiertos…); compra mejor a granel en lugar de productos envasados en bandejas de poliestireno o bolsitas individuales; si eliges el embotellado en plástico, opta por PET antes que PVC; lleva tu carro de la compra y reutiliza bolsas de tela para no usar las contaminantes bolsas de plástico. Con estos consejos evitarás que tu cocina se llene de desechos de plástico.

6. Consume productos de kilómetro cero. Otra manera de ayudar al medio ambiente es comprando productos de temporada en mercados locales. De esta forma ayudarás a reducir la huella ecológica asociada al transporte: no es lo mismo un tomate cultivado a pocos kilómetros de casa que otro que ha viajado en avión desde otra parte del mundo. Para saber qué alimentos respetan el medio ambiente, busca la etiqueta con certificación ecológica. También puedes adquirir productos de Comercio Justo que ayudan a las comunidades productoras.

¿Preparado para ser un cocinero responsable con el medio ambiente?

Fuentes: Consumoresponsable.org | ecologistasenaccion.es | Twenergy.com

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