Dúchate en lugar de bañarte. Piénsatelo antes de llenar la bañera de agua: una ducha gasta 15 veces menos agua que un baño.

Reduce el tiempo en la ducha. Ducharse durante 10 minutos supone un gasto de 200 litros de agua, el 30% del gasto general de agua de un hogar. Minimizar ese tiempo nos permitirá ahorrar gran cantidad de este recurso tan valioso. Un dato: una ducha de 5 minutos ahorra hasta 3.500 litros al mes.

Disminuye la temperatura del agua. Ducharse con agua fría es más respetuoso con el medio ambiente que si lo hacemos con agua caliente. Esto no significa que tengas que ducharte con agua helada, pero si puedes disminuir la temperatura, se consumirá menos gas y con ello se reducirán las emisiones de CO2.

Cierra el grifo cuando no necesites agua. Piensa en esos momentos en los que te enjabonas o te echas la mascarilla en el pelo. El grifo mejor cerrado.

Reutiliza el agua que no usas. Utiliza un cubo para recoger ese agua que dejamos correr hasta que alcanzamos la temperatura deseada para ducharnos. Podemos reutilizarlo para fregar o regar las plantas.

Revisa bien los grifos para que no goteen, instala reductores de caudal y una alcachofa más eficiente. Cada gota que ahorres es todo un logro.

Y si vas de viaje, puedes utilizar una ducha portátil ecológica. Un ejemplo es la que encontramos en la tienda de Twenergy. Sus grandes ventajas: almacena 15 litros y se calienta con la luz solar, llegando a los 43ºC de temperatura con tres horas de exposición al sol.

 
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