Eficiencia energética¿Qué es el consumo inteligente?

Sigamos una premisa: la energía más barata es la que no se consume. Así pues, el objetivo es tratar de mantener los estándares de calidad de vida y confort utilizando única y exclusivamente la energía necesaria para ello.Construcción sostenible, empleo de dispositivos de bajo consumo (lámparas LED, electrodomésticos con etiqueta clase A…), etc.; todo un abanico de medidas que contribuyen a cuidar del Planeta gracias a la reducción de emisiones de CO2 y una menor utilización de combustibles fósiles.

La educación, claro está, juega un papel esencial pues debemos enseñar y aprender que siempre es preferible no consumir aquello que no vamos a recuperar; pero la tecnología, sin duda, es otro de los grandes pilares. En la actualidad, contamos con la tecnología suficiente para reducir hasta en un 80% el derroche de energía y la máxima expresión de ello bien podrían ser la Smart City o ciudad inteligente. Se trata de proyectos urbanísticos en los que el uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) ayuda a optimiza el consumo de los recursos, repercutiendo en ahorros de costes y energía, mejorando los servicios y la calidad de vida y reduciendo las emisiones contaminantes. Y España tiene unos cuantos ejemplos de ello, desde Smartcity Málaga, que acaba de sumar un nuevo premio internacional con el Living Labs Global Award 2012 de Rio de Janeiro; a la misma Smarcity Barcelona, permitirá dejar de emitir 6.000 toneladas anuales de CO?

¿Es cara la eficiencia energética?

La mejor respuesta es otra pregunta: ¿estamos dispuestos a pagar el precio de destruir el Planeta? Y la contestación parece obvia. Bien es ciertoque algunas de las medidas que se pueden adoptar para ganar en eficiencia requieren de una importante inversión inicial, como es el caso de los aerogeneradores, por ejemplo, pero no es menos cierto que tan sólo hacen falta unos años para amortizar esta inversión mientras salvaguardamos nuestro futuro y el de generaciones venideras desde el minuto uno.

En esta misma línea, cabe destacar que uno de los sectores más castigados por la crisis ha sido el de la construcción y precisamente este sector podría ser uno de los más beneficiados por la nueva corriente de eficiencia energética. Hay mucho trabajo por hacer en los edificios ya construidos: adecuarlos a estos criterios de eficiencia podría suponer, según algunos estudios, la creación de hasta 500.000 puestos de trabajo sólo en Europa. A ello se suma, además, que la Unión Europea ultima su directiva sobre eficiencia energética que, entre otras medidas, obligaría a reformar bajo estos criterios el 3% de los edificios públicos para el 2020.

Fuentes: Twenergy / RTVE / Universidad Rey Juan Carlos / IDAE / Flickr

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