El senador estadounidense Gaylord Nelson fue el primero en establecer este día con el fin de crear una conciencia común a los problemas que afectan al planeta: la superpoblación, la contaminación, la escasez de agua, la desertificación, la extinción de especies de flora y fauna o la destrucción de hábitats naturales son algunas de las amenazas a las que el ser humano debe poner solución a través de políticas de desarrollo sostenible.

El 22 de abril de 1970 se celebró la primera manifestación en la que participaron 2.000 universidades, 10.000 escuelas primarias y secundarias y centenares de comunidades. Una gran presión social que logró que el Gobierno de Estados Unidos creara la Environmental Protection Agency junto a una serie de leyes destinada a la protección del medio ambiente.

Dos años después se organizó la Cumbre de la Tierra de Estocolmo, la primera conferencia internacional sobre el medio ambiente con el objetivo de sensibilizar e implicar a los líderes mundiales sobre la gravedad de los problemas ambientales. Esta cumbre trató especialmente la degradación ambiental y la contaminación transfronteriza, un concepto muy importante que reconocía cómo la contaminación no sabe de límites políticos o geográficos y afecta a los países, regiones y pueblos más allá de su punto de origen.

Desde entonces y durante más de 20 años, se han hecho varios intentos para alcanzar un tratado internacional que reduzca eficazmente los efectos del cambio climático. En 1997 se firmó el Protocolo de Kyoto (ver pdf), aunque Estados Unidos, uno de los países que más contamina, no lo ratificó. Desde entonces, se han celebrado varias cumbres internacionales que no han llegado a ningún consenso.

Mientras los grandes líderes intentan llegar a un acuerdo que mejore la situación del Planeta, el Día Mundial de la Tierra nos recuerda que no sólo las grandes decisiones corresponden a los legisladores y dirigentes mundiales. Cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de cambiar las cosas, de tomar las decisiones correctas y garantizar un planeta sano para las generaciones futuras.

Pequeños gestos como cambiar una bombilla por una de bajo consumo, reciclar de forma regular o dejar el coche aparcado y desplazarnos en bicicleta son importantísimos cuando los realizan miles y miles de personas. Todos aportamos nuestro granito de arena. Si aún no has tomado la decisión de vivir de forma sostenible, el 22 de abril es una buena fecha para comenzar a hacerlo. El cambio comienza en casa.

Fuentes: un.org

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