turismo sostenibleY no sólo eso, desde las instituciones comunitarias consideran también de vital importancia limitar los impactos negativos en los destinos turísticos, promover el bienestar de la comunidad local, reducir el carácter estacional de la demanda y hacer accesible ese turismo sin que ello implique un mayor impacto del transporte. Además, la mejora de la calidad del empleo en el sector es otra de las metas a alcanzar.

Como turistas, nosotros podemos contribuir determinantemente al fomento de esta nueva tendencia. Para ello bastará con seguir este pequeño decálogo:

1.    Busca hoteles eficientes. Si optas por alojarte en un hotel, investiga si son eficientes desde un punto de vista energético. Existen clasificaciones en la web, como Energy Star o Green Globe, que pueden servirte de guía para ello.

2.    Exprime tu smartphone. Vivimos en el mundo de las redes sociales y los smartphones; ¡aprovéchalo! Ya no es necesario imprimir las guías turísticas que descargamos de Internet… ¡ni siquiera las tarjetas de embarque! Llévalas contigo en tu teléfono móvil y, además de ahorrar papel, podrás consultarlas en cualquier momento y lugar.

3.   No derroches energía en tu domicilio. Si vas a pasar unas semanas fuera de tu casa, ¿por qué dejar conectados el ordenador, el televisor y demás dispositivos electrónicos que no se estarán usando? Desenchúfalos y contribuirás a un ahorro de energía y, de paso, tu bolsillo también lo agradecerá.

4.    Utiliza baterías recargables. Además de las habituales baterías recargables de nuestros teléfonos móviles o tabletas, usa pilas recargables en otros dispositivos como cámaras de fotos… pero, ¡ojo! Investiga previamente si en tu destino necesitarás algún adaptador de red.

5.    Haz un consumo responsable del agua. En muchos de los países exóticos en los que el turismo ha proliferado en los últimos años, las reservas de agua son muy limitadas. Que tu estancia en un hotel eficiente y moderno no te ciegue: modera el uso del agua en tus duchas.

6.    No abuses del aire acondicionado. ¿Por qué dejar el aire acondicionado funcionando si nos pasamos todo el día fuera visitando lugares interesantes? Cuando no estés en el hotel, no olvides dejar todas las luces apagadas y, por supuesto, el aire acondicionado (o calefacción si viajas a lugares fríos). En destinos muy calurosos, bajar las persianas durante las horas de más calor ayudará a refrescar nuestra estancia.

7.    Pedalea, que es más sano. Una de las maneras más sanas de conocer las ciudades es a golpe de pedal. Alquilar una bicicleta para recorrer las calles o el transporte público, si nuestra condición física no nos aconseja las dos ruedas, ayudará a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera.

8.    Ayuda al negocio local. El turismo contribuye a dinamizar las economías locales. Por este motivo, a la hora de comer, comprar bebidas u otros productos, apuesta por el negocio local. Echarás una mano a la comunidad y, de paso, te empaparás de la cultura y tradición autóctonas.

9.    Respeta la cultura local. En línea con el consejo anterior, lo más recomendable es contratar guías locales, pues ellos son el mejor medio para introducirnos de lleno en la cultura, gastronomía y tradición locales. Así nos aseguraremos de no ofender a nadie y, además, de que nuestro destino pase realmente por nosotros y no sólo que nosotros pasemos por él.

10.  No dejes un rastro de basura. Especialmente si visitamos entornos naturales, no dejes desperdicios a tu paso, como plásticos, latas o colillas de cigarrillo. Además, respeta la flora y la fauna, intentando no perturbarlos, sobre todo en época de reproducción.

Fuentes: Comisión Europea / Traveler National Geographic / Yale University / Flickr

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