El mercado de autos eléctricos en México ofrece una fórmula eficaz para reducir la contaminación en las ciudades pero apenas arranca. Las ventajas no son solo ambientales; el consumidor logra importantes ahorros que también merecen ser tenidos en cuenta. ¿Cuáles son los principales beneficios de los vehículos con motor eléctrico frente a los de motor de combustión y la oferta eléctrica a día de hoy en el mercado automotriz de México?

El interés por el auto eléctrico en México es significativo. No es de extrañar pues el país concentra algunas de las ciudades más contaminadas de Latinoamérica como Monterrey, Ciudad de México o Guadalajara. La apuesta por el auto eléctrico podría ser una solución ante las restricciones vehiculares en las áreas metropolitanas. La renovación de la planta de vehículos, unida a un plan de movilidad sustentable que apueste por el transporte público, reduciría los embotellamientos y las emisiones de CO2 asociadas a la circulación.

Pero si las ventajas resultan tan claras, ¿qué es lo que frena la demanda  de los carros eléctricos en México? Autoridades y consumidores apuntan como principales obstáculos la inversión inicial y la insuficiente red de puntos de suministro o electrolineras. Si no hay una mayor demanda de autos eléctricos, las empresas y gobiernos serán reacios a destinar presupuesto para ampliar el número de puntos de carga y no se podrán abaratar los precios en el mercado.  

Otro de los grandes retos a enfrentar es la duración de las baterías. México es un país de gran extensión geográfica y sus ciudades han crecido de forma horizontal, en muchas ocasiones sin control. Recorrer la Ciudad de México con sus más de 1.400 km2 (según el INEGI) puede ser todo un reto para cualquier vehículo eléctrico.

Para promover la adquisición de este tipo de vehículos, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ofrecen algunos incentivos fiscales y económicos para los consumidores. Marcas como Chevrolet, Toyota, BMW y Nissan ya ofrecen modelos eléctricos a la venta en México. Los precios están entre los 280 mil y un millón y medio pesos, siendo el modelo S de Tesla la opción más cara.

Estos precios no están al alcance de todos los bolsillos, pero según se desarrolle la tecnología y se regule el mercado, se ampliarán las opciones y las marcas lanzarán gamas más asequibles. El potencial de la movilidad eléctrica e híbrida en México es enorme y las grandes marcas de la industria automotriz no van a dejar pasar la oportunidad de ofrecer su producto a un mercado de más de 120 millones de habitantes.

 

Fuentes: AMIA | CFE

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