Leyendo la revista de negocios Quartz me encontré con un asunto interesantísimo. Según el artículo publicado en esta website en inglés nuestro país es el líder indiscutible en ascensores por persona, con cerca de 20 ascensores por cada 1.000 habitantes. El dato, así a bote pronto, no sería inquietante si no es porque comparando con el resto del mundo estamos a mucha distancia. Italia, en segundo lugar del ranking, tiene casi 15 ascensores… pero lo más llamativo es que Estados Unidos –cuna de rascacielos y ciudades muy verticales- tiene 2,8 ascensores por cada mil norteamericanos.
 

Todo esto tiene una explicación, tal y como leí en Quartz, y recae en nuestro modelo urbano heredado tras el franquismo. Aparte del fomento que hubo de la vivienda en propiedad –según datos de la OCDE el 83 por ciento de las viviendas españolas son en propiedad-, el 65 por ciento de la población española vive en bloques de piso donde obviamente hay ascensores –incluso hay ascensores en viviendas antiquísimas de la primera mitad del siglo XX.

En lo que no ha caído la revista Quartz, pero sí nos percatamos los colaboradores y lectores de TWENERGY, es en preguntarnos cuántos ascensores son eficientes.

Anda el sector de fabricantes, instaladores y mantenedores inquieto por nuevas Directivas Europeas. El marco regulatorio que se propone a futuro desde Bruselas insiste en conceptos de accesibilidad, seguridad, trazabilidad, pero también ya hablan de eficiencia energética.

Desde hace unos años los principales fabricantes incorporan en sus máquinas dispositivos que permiten ahorrar en la factura eléctrica: es el caso de los variadores de velocidad y de motores eléctricos más eficientes, además de pensar en un control eficaz del alumbrado de cabina.

¿No os habéis percatado en alguna ocasión la cantidad de electricidad que derrochamos diariamente en el alumbrado de la cabina del ascensor? Eso sin contar con la sustitución de fluorescentes o lámparas por el uso intenso 24 horas.

En un tiempo como el que vivimos donde todos pensamos desde la eficiencia y el respeto medioambiental, nos tenemos que implicar en mejorar estos pequeños detalles. En nuestras comunidades de propietarios, en nuestras oficinas, hay infinidad de ascensores. Unos más antiguos y otros más modernos, pero todos pasan por revisiones y mantenimientos obligatorios por Ley.

¿Por qué no ser más comprometidos y plantear al ascensorista que nos mantiene nuestro elevador mejoras técnicas que nos van a permitir ahorrar electricidad y amortizar lo invertido en un corto plazo de tiempo?

Fuentes: Flickr | Flickr

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