Bien, te propongo un juego, a ver si conseguimos ser nuestros propios consultores.

Abre una hoja (Excell o de papel) y apunta de cada factura que recibas, los kWh (consumo de energía) y las fechas de lectura de los contadores, en otra hoja, apunta todo lo que tengas en casa que consuma electricidad o gas, en la siguiente columna la potencia que tiene (W) y en la siguiente el tiempo que permanece encendido al día (en horas), en la siguiente columna, multiplica entre sí estos dos últimos números (obtendrás Wh).

Ahora podrías agruparlos según sistemas, iluminación, electrodomésticos cocina, ofimática, climatización,… sería interesante ir confirmando que este listado y esa estimación de horas de uso coincide con la realidad, ya que según el periodo en el que te encuentres, quizá utilices el aire acondicionado o la calefacción, cocines más o utilices más el horno….

Según un estudio presentado por el IDAE, el consumo medio anual por vivienda, se sitúa entre los 6.000 kWh y casi los 20.000 kWh, en función del tipo de vivienda y dónde se ubique:

 

Según tu primera valoración, ¿dónde te encuentras?, ¿cuánta energía consume tu vivienda?

Si consumes más energía de la media del tipo de tu vivienda, podrimos intentar averiguar a qué se debe.

De manera habitual, en una vivienda tipo, los mayores consumos son los derivados de la calefacción, la producción de agua caliente sanitaria y los electrodomésticos, en este orden.

 

Conociendo estos datos, puedes ver cuáles de tus equipos y sistemas, se encuentran por encima de la media. Éstos, serían los más ineficientes y sobre los que podrías realizar acciones de mejora para intentar reducir su consumo.

Tu consumo puede verse reducido con la aplicación de pequeñas mejoras que no requieren una gran inversión. Dentro de las medidas que se pueden plantear, además de las típicas de apagar los equipos cuando no se utilicen, se pueden llevar a cabo medidas sencillas, como:

  • La instalación de válvulas termostáticas en los radiadores
  • Cambio de las lámparas a LED
  • Cuando vayas a comprar un nuevo electrodoméstico, los equipos de  mayor eficiencia, se amortizan con el ahorro de energía

 

Pero también se pueden aplicar otras más directas a los grandes consumos, según hayas definido el perfil de consumo de tu hogar, deberás actuar en un sistema o en otro:

  • Para reducir el consumo de calefacción: investiga por dónde se va el calor, busca pérdidas y corrige, 
    • ¿caja de persianas? Abre, y sella, existen aislantes fáciles de aplicar, 
    • ¿sellado de la ventana a la fachada? Algunos sprays permiten mejorar este sellado directamente, 
    • ¿ventana poco aislante orientada al norte? Existen láminas aislantes fáciles de instalar que reducen las pérdidas rápidamente, burletes de caucho, … buenas cortinas que cubran todo el hueco, 
    • ¿marco de mala calidad? Se pueden instalar varios tipos de burletes según el tipo de ventana para mejorar el sellado, 
    • ¿la puerta principal tiene una abertura inferior demasiado grande? Existen varias soluciones, incluso peluches!!!! 
    • Y por supuesto, evalúa las necesidades reales de calefacción en cada estancia y ajusta tanto la temperatura de consigna como la apertura/cierre de los diferentes radiadores según tus necesidades.
    • Para reducir el consumo innecesario del Agua Caliente (ACS), podemos en primer lugar identificar la temperatura que nos gusta para la ducha, generalmente con unos 38ºC es suficiente, para no tener que mezclarla, si la vivienda es grande, habrá que subirlo unos grados en el calentador (o caldera) por las pérdidas en la distribución  generalmente se marca a unos 45ºC y si el equipo generador es eléctrico, la temperatura del termo no puede bajar de 60ºC. Sería recomendable instalar equipos reductores de caudal en grifos y duchas, pero nunca en bañeras, lógicamente. 
    • El otro gran consumidor, los electrodomésticos, el frigorífico es el mayor consumidor, las medidas más sencillas para reducir su consumo, serían:
    • Asegurar el buen estado de las gomas de cierre, lubricarlas al menos una vez al año.
    • No introducir comida caliente en su interior.
    • No refrigerar de forma innecesaria
    • Mantener la temperatura ajustada a las necesidades de conservación.

 

Así, con pequeñas medidas y con bajas inversiones, se puede conseguir un ahorro importante si sabemos dónde y cómo actuar, de esta forma observaremos que es más importante vigilar el tiempo que permanece abierta una puerta o una ventana en pleno invierno, antes que apagar una luz (entre el 1% y el 3% del consumo global anual).

Pero el reto comienza ahora, continuemos jugando, si mes a mes haces este seguimiento, y descubres cuál es realmente tu perfil de consumo, y mes a mes te propones bajarlo, además de haberte convertido en tu propio gestor energético, seguro que reduces el coste de tus facturas.

Fuente: Flickr

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