Más allá de eso y conscientes de que cada vez son peores los presagios ante el cambio climático, queda nuestra conciencia y nuestro buen hacer, aunque parece ser que a menudo nos olvidamos de ello. Seamos consecuentes y utilicemos los medios naturales con el respeto que se merecen.

La bandera azul es un distintivo que otorga cada año la Fundación Europea de Educación Ambiental y del Consumidor a las playas y puertos que cumplen una serie de condiciones ambientales como son la calidad del agua, la seguridad, la prestación de servicios generales y de ordenación del medio ambiente. El distintivo azul es concedido a las playas en más de treinta países de Europa, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Canadá y el Caribe. Un total de 3.774 banderas se han concedido en todo el mundo para este año.

Actualmente, más de 40 países en los cinco continentes participan en Bandera Azul. La Campaña se esfuerza en promover el desarrollo sostenible de las zonas litorales, a través de la exigencia de unos estándares elevados en la calidad de las aguas de baño, la seguridad, la gestión ambiental y la información y educación para la sostenibilidad.

Bandera Azul trabaja también para fomentar la cooperación entre el sector turístico y el sector ambiental, a nivel local, regional y nacional. Así, a lo largo de estos años, la Campaña Bandera Azul se ha convertido en una etiqueta y un galardón ambiental universalmente conocido y valorado por los turistas y por los tour operadores.

En este año 2012, España cuenta con el distintivo de la bandera azul en 540 de sus playas continuando a la cabeza de los países del hemisferio norte. Este verano ondea una bandera azul en una de cada 6 playas del país, y una de cada seis banderas del mundo están en nuestro litoral.

La playa constituye uno de los activos medioambientales más importantes de los recursos costeros. No sólo acostumbra a ser la base de la actividad turística, de especial relevancia en muchos países, sino que es soporte de una gran riqueza biológica y es un instrumento eficaz a la hora de llevar a cabo una política de protección de costas.

Las características de los recursos costeros y cómo la gestión integrada del litoral puede ser una de las claves del desarrollo sostenible de actividades tales como la turística. La playa se convierte así en el principal factor productivo de la industria turística, haciéndose imprescindible su ordenación y su gestión eficiente.

Sumergidos en pleno verano y ya muchos disfrutando de las vacaciones, resulta curioso como durante esta época solemos volvernos algo más despreocupados de lo habitual.

El otro día, tuve la oportunidad de pasar unos días en la playa en compañía de mis hijos. Me gusta llegar a primera hora de la mañana, cuando todo está en calma y el bullicio de la gente no rompe el sonido de las olas golpeando de manera sutil la orilla, el sol no termina de calentar y se respira la brisa fresca del nuevo día que empieza.

En pleno verano y siempre en estas fechas, me paro a pensar en como acabarán las playas al final del periodo estival. No cabe duda de que el medioambiente sufrirá una vez más y de manera irreversible el paso del ser humano.

A medida que el día avanzaba, la playa se iba llenando con todos aquellos que al igual que yo, habían optado por un día cerca del mar. A mi lado se situaron un grupo de varias familias y mientras estaba ensimismado mirando las olas y a mis hijos disfrutar, me di cuenta de que tanto el agua como la arena estaban cada vez mas sucias. La gente que tenía a mi alrededor se había dedicado durante las horas que compartimos espacio, a tirar una cantidad ingente de desechos; plásticos, envases, colillas, chicles y un sin fin de basura que al marcharse dejaron ahí, como si por arte de magia fueran a desaparecer.

No me quedó otra opción que levantarme, recoger y meterlo todo en una bolsa de plástico que también habían dejado “olvidada” y depositarla en el cubo de basura mas cercano, que daba la casualidad que se encontraba a 9 pasos contados.

Igualmente, desde los barcos que tapaban el horizonte llegaban a la orilla sus desperdicios como si el mar fuera un basurero.

Volvemos al punto de partida donde la concienciación es fundamental y no cabe duda de que algo está fallando. Empecemos por ser más civilizados para que las generaciones próximas puedan llegar a ver de lo que estamos disfrutando nosotros ahora.

¡Queremos que las banderas azules ondeen en nuestras playas y debemos ser un referente a nivel mundial! Por eso quiero dedicar un fuerte aplauso veraniego para todas aquellas personas que se preocupan por el medio ambiente.

Fuentes: Twenergy

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