La leche ecológica procede de la ganadería ecológica, un sistema de producción respetuoso con los animales y el entorno natural que les rodea. A diferencia de las vacas industrializadas, las que producen leche ecológica pastan al aire libre en un sistema de cría extensiva de ganado y no reciben ningún tipo de hormona ni antibiótico.

En las granjas convencionales, las vacas suelen sufrir mastitis, una enfermedad provocada por el ordeño intensivo de los animales. Para tratarlas, es muy habitual darles antibióticos.

Si una vaca en una ganadería ecológica necesita ser tratada con antibióticos por algún problema, se aparta del ordeño por un período mínimo de 12 meses.

La alimentación de las vacas también es diferente en la ganadería ecológica. Estos animales son alimentados con pasto libre de fertilizantes, transgénicos o pesticidas.

ganadería ecológica

En el caso de que su alimentación incluya pienso, éste siempre será orgánico y libre de restos de químicos. Está demostrado de que las vacas alimentadas con pastos son más felices y pueden producir más leche en comparación con las alimentadas con cereales y soja.

Marcas como el Cantero de Letur o Casa Grande de Xanceda son algunos ejemplos de leches ecológicas que muestran cómo producen la leche y en qué condiciones viven sus vacas.

¿Y por qué beber leche ecológica?

La respuesta es sencilla: es mucho mejor para nuestra salud. Diferentes estudios nutricionales aseguran que un vaso de leche ecológica contiene más calcio, más vitamina E y unas proteínas de mejor calidad que la leche convencional.

leche ecológica

Según un artículo publicado en la revista Journal of Food of Science and Agriculture, la leche ecológica aporta un mayor contenido en ácido linoléico conjugado, un tipo de grasa beneficiosa para el corazón que ayuda a prevenir la diabetes. Otro dato: la leche de vacas alimentadas con pasto natural tienen un 71% más de ácidos grasos esenciales Omega 3 que los animales que comen pienso industrial.

La única desventaja de la leche ecológica frente a la convencional es su precio. Al igual que ocurre con otros productos del mercado orgánico, los costes de su proceso de producción son más altos, lo que repercute directamente en el precio final que paga el consumidor.

Con todo, está más que demostrado que consumir este tipo de leche orgánica es mucho mejor para la salud y el medio ambiente. Quien consume leche ecológica sabe realmente lo que está tomando. Y eso no tiene precio.

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