Comunidades como Cataluña, País Vasco, La Rioja o Murcia, entre otras, ya cuentan con un quinto contenedor de reciclaje. Hasta ahora encontrábamos en las calles el contenedor verde para el vidrio, el azul para el papel, el amarillo para los envases y el verde o gris (según el municipio) para el resto de basura que no se puede reciclar.  Un dato importante: la materia orgánica representa un 40% de la basura total que generamos en el hogar, el doble que el papel, el cartón o los envases y seis veces más que el vidrio.

¿Qué podemos reciclar en el nuevo contenedor marrón? Básicamente materia orgánica y restos de comida que derivan de la basura doméstica. Por ejemplo: pieles de frutas, hortalizas, cáscaras de frutos secos y cualquier cosa de origen vegetal no cocinada. También podemos depositar huesos, restos de huerta, cáscaras de marisco, cáscaras de huevo, quesos, lácteos o espinas. Los restos servilletas o papel de cocina, hueveras de cartón, posos de infusiones y café, palillos y tapones de corcho también son bienvenidos al contenedor marrón.

Una aspecto importante a la hora de reciclar en el contenedor marrón es que los residuos deben ir siempre en una bolsa desechable, nunca de plástico, ya que éstas contaminarían todo el contenido. La ventaja de las bolsas biodegradables es que reciclan junto con los desechos. Desde aquí los residuos se envían a plantas de biometanización, donde se obtiene biogás; o bien se emplean para producir compost, un abono orgánico muy enriquecedor para los suelos.

¿Qué no podemos depositar en el contenedor marrón? No todos los restos orgánicos pueden terminar en el nuevo contenedor de reciclaje. Por ejemplo, lo restos de tierra, pelo, ceniza, pañales, compresas o materiales de vidrio, plástico o metal, deberán ir a sus contenedores correspondientes, nunca al marrón. Es fundamental hacer un buen uso de este contenedor con el fin de no dificultar su tratamiento posterior y mantener la calidad del reciclaje.

Con estos nuevos contenedores marrones, nuestro Planeta saldrá beneficiado. Y es que son muchas las ventajas de reciclar la materia orgánica de nuestro hogares: reducimos la basura que llega a los vertederos, disminuimos las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y ayudamos a producir energía renovable.

Fuentes: Europa Press | vidasostenible.org

 
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