Si multiplicáramos por millones de personas los pequeños ahorros energéticos o el reciclaje que llevamos a cabo en casa cada día (y que nos parece mínimo y hasta ineficaz comparado con grandes problemas como son el efecto invernadero, la contaminación de los océanos o la destrucción de los bosques y selvas tropicales) nos daríamos cuenta de que podemos llegar a cifras verdaderamente significativas de reducción de contaminación hacia el medio ambiente. Y esto no es sólo importante, sino imprescindible, puesto que, para cuidar los recursos que el planeta nos brinda, necesitamos la acción individual tanto como la colectiva. Necesitamos un consumo responsable de energía; de agua; de papel, y políticas de gestión ambiental sustentable.

¿Qué puede hacer en su casa?

Usted puede empezar ahorrando energía en el hogar, con pequeños trucos como emplear bombillos de bajo consumo, renovando los electrodomésticos por tecnologías más eficientes, o desenchufando los aparatos del hogar cuando no se están empleando. Otro sencillo consejo que puedes llevar a cabo muy fácilmente es  apagar la luz cuando no la estés usando y tratar de aprovechar al máximo la iluminación natural.

El buen uso de la energía eléctrica es uno de los propósitos  más importantes para luchar contra la degradación ambiental. Por cada Kw/hora de energía eléctrica ahorrado, se dejan de emitir entre 800 y 1.000 gramos de dióxido de Carbono desde las refinerías convencionales.

Para ahorrar agua, hay que estar atento las siguientes recomendaciones: mejor ducharse que bañarse; cerrar la llave cuando nos lavamos los dientes y cuando nos enjabonamos en la ducha son sólo algunas ideas para el día a día. Incorporar dispositivos de ahorro del agua en llaves y cisternas es otra buena medida. Para el jardín, recurriremos al riego por goteo, y siempre a primera y a última hora de la tarde. Conseguiremos también un buen ahorro tanto de agua como de energía si llenamos las lavadoras y los lavaplatos.

Por supuesto, el reciclaje es uno de los puntos clave de los planes de sustentabilidad de cualquier ciudad. Puede hacerse en casa, separando residuos y depositándolos en el contenedor correcto, o a una escala mayor, como las eco-empresas colombianas que han apostado por el reciclaje para su modelo de negocio.

Tampoco nunca hay que dejar de lado la máxima de las ‘tres erres’: Reducir, Reutilizar, Reciclar. Reduciremos el consumo de plásticos y pilas; reutilizaremos lo más posible (el papel, las bolsas del supermercado, incluso el agua de la bañera de los niños para fregar el suelo…). Y por supuesto reciclaremos en los contenedores adecuados. Y no olvidaremos los puntos limpios para llevar todo aquello que no son residuos cotidianos (electrodomésticos, residuos tecnológicos, etcétera).

Y todo sin olvidar la bicicleta. No en vano Bogotá es líder en Latinoamérica en este transporte alternativo.

¿Y a nivel colectivo?

El desarrollo sustentable pasa necesariamente por ciudades más limpias y con ‘mentalidad verde’. Bogotá y sus proyectos de transporte sostenible, como el piloto de taxis eléctricos o el de buses híbridos de Transmilenio, son buenos ejemplos de ello. El transporte público y modelos de transporte urbano sostenible son aquí puntos clave. Apuntémonos también a ellos.

Fuentes: Organización de Estados Iberoamericanos (OIE) / Flickr

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