Para mejorar esta calificación energética de una categoría E a D o incluso conseguir mejorar esta calificación energética hay dos posibles líneas de actuación que puedes implantar en tu vivienda: Se puede  actuar en la envolvente térmica o bien en las instalaciones.

Actuaciones en las instalaciones

La calificación energética global de un edificio se asigna en función de los kg de CO2 que emite anualmente la vivienda por metro cuadrado de superficie, por lo que las medidas que provocan una mejora de la calificación son sobre todo aquellas que además de aumentar los rendimientos de los equipos, implican un cambio por una energía más limpia.

El más adecuado es el cambio de calderas de gasoil, gases licuados del petróleo (GLP) o radiadores eléctricos, por calderas de gas natural de condensación o de biomasa, ya que el factor de emisión del gasoil y de la electricidad es muy alto en comparación a estos.

Otras medidas que se toman actuando sobre las instalaciones pueden ser:

Cambio de radiadores normales por otros de baja temperatura o mejor aún, por suelo radiante.

Eliminación de los termos de agua caliente sanitaria (ACS) eléctricos e inclusión del ACS a la calefacción para un uso mixto de la caldera.

Instalación, cuando sea posible en una vivienda unifamiliar o en el edificio para la comunidad de vecinos, de paneles solares para generación de ACS y/o calefacción.

Mejoras en la envolvente

Se puede actuar sobre la envolvente térmica del edificio, disminuyendo las pérdidas o ganancias de calor que se producen a través de ella. Esta mejora se notará más cuando el inmueble esté situado en zonas frías, con alta demanda de calefacción. En estos casos las actuaciones más interesantes podrían ser las siguientes:

Añadir aislamiento térmico o relleno de cámara de aire en la fachada y las particiones interiores para una mejor conservación de la climatización.

Añadir aislamiento térmico en el suelo o la cubierta y en los puentes térmicos, como por ejemplo en las cajas de persiana.

Cambiar las ventanas por otras de PVC con doble vidrio y de aluminio con rotura de puente térmico.

En el caso de zonas climáticas calurosas, con puertas y ventanas orientadas al sur y al oeste, instalar toldos o lamas para reducir la radiación solar o láminas de protección solar en los vidrios.

Otras medidas de mejora

Aunque la iluminación no se tiene en cuenta para la calificación energética de viviendas, puede ser interesante el ahorro en la factura de la luz gracias a una serie de medidas, como la mejora de la eficiencia de las lámparas en la vivienda y la incorporación detectores de presencia o pulsadores temporales que disminuirán el consumo energético de nuestra vivienda.

Otras medidas que no hacen disminuir la calificación energética pero que consiguen reducciones de consumo son:

– la regulación de la temperatura de consigna de la climatización

– el control en la ventilación

– el aprovechamiento de la luz natural

– la instalación de regletas antistand-by para los equipos electrónicos

– la adquisición de electrodomésticos eficientes

¿Has aplicado alguna de estas medidas en tu vivienda? ¡Cuéntanos tu experiencia!

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