Desde hace un tiempo, vemos cómo cada vez se instalan más placas de inducción en los hogares. Su éxito se debe en gran parte a su facilidad de uso y al rápida cocinado de los alimentos. En este post te explicamos en detalle qué son, cómo funcionan y cuáles son sus ventajas. ¡No dejes de leer y entérate de todo!

¿Qué son las placas de inducción magnética y cómo funcionan?

Las placas de inducción no emplean ni gas ni electricidad para calentar los alimentos. Funcionan con campos magnéticos, que inducen una corriente eléctrica. El principio fue enunciado por Michael Faraday en el siglo XIX, y aplicado a este caso se traduce en que la cocina genera un campo magnético, gracias a una bobina situada debajo de la placa donde colocaremos el recipiente.

Imanes de motor eléctrico

Al colocar una sartén o una olla encima, circula una corriente eléctrica en el recipiente, que es la que genera calor. Así, los alimentos en su interior se calientan. Y esto es lo que, a su vez, produce que sólo se calienten recipiente y comida, y no la superficie en la que dicho recipiente está apoyado, puesto que no es metálico.

Un dato a tener en cuenta es que este tipo de cocinas requieren recipientes especiales, no sirve cualquiera. Deben ser de acero, hierro, o algún otro material magnético, es decir, no valen ni las ollas de aluminio ni las de barro, por lo que deberemos hacer una inversión (prueba con un imán, a ver qué ollas de casa te sirven). Aunque si consideramos el ahorro energético, a largo plazo dicha inversión se compensará.

Olla para placas de inducción

Ventajas de las placas de inducción magnética

  1. Eficiencia energética.
  2. Rapidez.
  3. Menor contaminación.
  4. Mayor seguridad.
  5. Limpieza

Eficiencia energética

Los puntos a favor de las placas de inducción son muchos. El principal es su eficiencia energética (y ya sabemos que a mayor eficiencia, menor gasto). Estas cocinas ahorran un 74% de consumo frente al 60% de las cocinas vitrocerámicas y un 54% frente a las cocinas de gas.

Rapidez

Y, efectivamente, como dicen quienes ya las han probado, son más rápidas. Esto se debe a que generan calor de una manera prácticamente instantánea. Y además, éste es fácilmente regulable, a diferencia de lo que ocurre con el gas, por ejemplo. Si en una cocina de gas un litro y medio de agua hierve en 14 minutos, en una de inducción ese tiempo disminuye a exactamente la mitad: siete minutos.

Placas de inducción

Menor contaminación

Esto se traduce en un ahorro no sólo de tiempo, sino también de energía. Y en menor contaminación, claro. Las placas más modernas sólo emiten 360 gramos de CO2 por cada kWh, mientras que la vitrocerámina produce 450.

Mayor seguridad

A quienes tienen niños pequeños además les interesará saber que si, por una equivocación, ponen la mano en estas placas, no se quemarán, puesto que no hay llamas ni altas temperaturas, lo cual es toda una tranquilidad. No sólo eso: se trata de aparatos inteligentes, que detectan si hay una olla encima o no. Cuando no la hay, se apagan.

Comida en placas de inducción

Limpieza

Otro beneficio que  será de gran ayuda es que las placas de inducción son mucho más fáciles de limpiar y resistentes, siendo una gran ventaja a través de los años, ya que podrás contar con un producto de larga duración de última tecnología.

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