Su nacimiento se produce casi al mismo tiempo. El primer ascensor para personas, creado por Elisha Grave Otis, se instaló en 1857 en un gran almacén de Nueva York. Cuatro años después, en 1861, un précoz Jesse Wilford Reno, diseñó «un nuevo y útil transportador o elevador sin fin», según reza su patente. Sus escaleras mecánicas vieron la luz en 1895, en donde transportó a 75.000 personas en dos semanas.

Escaleras mecanicasHoy en día, el ascensor sirve para transportar a un grupo de personas de forma rápida y directa entre los pisos de un edificio. En cambio las escaleras mecánicas se utilizan para llevar grandes cantidades de gente de una forma ordenada. Aunque sus diferencias son claras, tienen algo en común: su gran derroche de energía a la hora de ponerse a funcionar. Por un lado, los primeros están operativos las 24 horas del día. Por otro lado, y aunque en muchos lugares las escaleras mecánicas sólo comienzan a funcionar cuando detectan presencia, la mayoría de ellas funcionan aunque no haya nadie.

En la era de la eficiencia energética, algunas compañías comienzan a ofrecer ascensores que incorporan nuevas funcionalidades para ahorrar energía: aparatos que consumen hasta un 50% menos que un ascensor eléctrico convencional, sistemas de apagado automático cuando la cabina no funciona, así como de regeneración de energía que permite la reutilización de hasta un 75% de la energía consumida. En cuanto a las escaleras mecánicas, se están empezando a ver las que se paran cuando no hay nadie o bien tienen una velocidad intermitente. Según estudios, los elevadores y las escaleras mecánicas consumen entre un 2 y un 10% de la energía total de los edificios.

Ahorro energético

La Comunidad de Madrid, entre otras, en colaboración con el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), puso en marcha el Plan Renove de Ascensores, como una de las actuaciones del Plan de Acción 2008-2012 de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética en España. El objetivo era mejorar la eficiencia energética de estos aparatos mediante el empleo de últimas tecnologías y de los sistemas más avanzados en ahorro energético.

Sin embargo, hasta que empiecen a extenderse de manera global estas y otras medidas, el ciudadano ya puede contribuir al ahorro energético. Porque no es lo mismo subir a mucha gente que bajarla. En el caso del ascensor, que tiene un contrapeso, cuando bajan más de tres personas, el motor no gasta energía, sino que se convierte en un generador. Con las escaleras, sucede algo parecido, aunque sin contrapeso. Por este motivo, una forma de ahorro energético sería subir por las escaleras convencionales y bajar por las mecánicas o el ascensor, con el fin de ayudar al motor. La decisión la tiene ahora el propio pasajero.

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