El desarrollo sostenible debía ser su bandera a seguir. Objetivo: llegar a ser 100% renovable y 100% orgánico. Desde luego, tuvo visión de futuro. Hablamos de dos décadas atrás, mucho antes de que la preocupación por lo que comemos y la huella que dejamos en el planeta cobrara la fuerza que tiene ahora. En 2001, Varese se convirtió en el primer municipio en Europa en obtener el 100% de su energía de fuentes de energía renovables. Actualmente, genera el triple de electricidad de lo que sus habitantes consumen. ¿Cómo lo hicieron?

Siguieron un plan

Para llegar a un resultado tan óptimo, fue necesario un plan estratégico dirigido por el Ayuntamiento de Varese. Si lograr la autosuficiencia a través del fomento de las energías renovables y la eficiencia energética eran las metas, el camino se compuso de los siguientes pasos:

Promoción de las energías renovables:

– Varese Ligure utiliza una combinación de energía eólica, solar e hidroeléctrica a pequeña escala, acorde al tamaño de su comunidad. Tras dos décadas de experiencia y trabajo, en estos momentos cuatro turbinas eólicas producen 8 gigavatios-hora de electricidad al año (tres veces más de la empleada por la localidad).  Sus plantas eólicas y fotovoltaicas han reducido las emisiones de CO2 en aproximadamente 9.600 kg / año. 

– Edificios públicos, como el Ayuntamiento y la escuela secundaria, están cubiertos por paneles solares fotovoltaicos, que producen el 98% y el 62% respectivamente de las necesidades de electricidad de cada edificio. La piscina de la ciudad también se calienta con energía solar. 

– La planta de tratamiento de aguas residuales tiene un sistema fotovoltaico de 4 kW. 

– El agua se purifica utilizando tecnología respetuosa con el medio ambiente y el pueblo recicla el 25% de su basura.

– La empresa que gestiona los recursos renovables producidos (ACAM) paga a Varese Ligure unos 25.000 euros al año por el exceso de electricidad y le ofrece servicios como clasificar los residuos y la gestión del vertedero a modo de pago.  Varese es propietaria de las turbinas eólicas junto con ACAM, que lleva a cabo el mantenimiento.

Promoción de la eficiencia energética:

Varese Ligure se concentró en la biomasa; promoviendo el uso de calderas de pellets que habían producido ellos mismos como medio para generar ingresos y contribuir al mantenimiento de la silvicultura.

Promoción de la agricultura ecológica:

Varese era desde siempre una economía rural basada en la agricultura. Y sus trabajadores, en su mayoría, no empleaban productos químicos, sobre todo por el aspecto económico. Las autoridades promovieron planes de formación para profesionalizar los cultivos ecológicos, poniendo énfasis en la necesidad de certificarse. Así, los agricultores vieron que era posible vender a precios más altos si sus productos estaban certificados y que podían optar a subvenciones de la UE para granjas orgánicas. Gracias al trabajo realizado, 108 granjas orgánicas suministran hoy por hoy el 98% de la producción de la ciudad, la carne y los lácteos. El valle de Vara, donde se localiza Varese, es el primer valle de Europa que ha recibido la certificación ISO 14001, referencia internacional para la gestión ambiental. 

Campañas de sensibilización: 

Además de llevar a cabo políticas ambientales desde las instituciones, éstas apreciaron la importancia de sensibilizar a la población para trabajar en conjunto en este gran proyecto. De esta manera, las escuelas participaron en el programa de la Unión Europea FEEDU (Education à l’énergie pour les enfants), para concienciar a alumnos, familias y grupos de interés local en temas relacionados con ahorro de energía y fuentes renovables.

En 1996, se creó Centro de Educación Ambiental (CEA) para trabajar con niños y jóvenes de la región en la importancia de la agricultura ecológica, las energías renovables y la sostenibilidad. De la mano de este centro, los escolares visitan granjas orgánicas, cooperativas lecheras y granjas de apicultura; reciben cursos sobre pequeños aerogeneradores, paneles y cocinas solares, y aprenden sobre el consumo de energía y el cambio climático.

Cuando el municipio se embarcó en esta nueva concepción ecológica de la localidad, el alcalde planteó a los habitantes la necesidad de  renovar sus antiguas casas de piedra según criterios ecológicos, mientras el Ayuntamiento se ocupaba de rehacer caminos, alcantarillas y alumbrado público.  Al principio encontró cierta resistencia, pero poco a poco los vecinos se convencieron de la necesidad de estar todos a una. 

Unos excelentes resultados

La cosecha que este pueblo italiano ha recogido después de dos décadas sembrando respeto al medio ambiente es abundante: Varese Ligure ha aumentado un 500% sus turistas desde finales de 1990, porque ha conseguido entrar en las rutas de turismo ecológico; su actividad energética le reporta 374.000 euros cada año; ha creado 140 puestos de trabajo y mantiene una población estable.

El Touring Club Italiano (una de las asociaciones de viajeros más importantes del país, con su propia revista) la ha calificado como una de las mejores ciudades pequeñas en Italia y le ha entregado su bandera naranja, por su excelencia en el turismo, la hospitalidad y el ambiente. 

Fuentes: Greenbiz / Reregions / CEA / Flickr

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