Casa contenedorEl uso de este material como lugar de residencia comenzó en Europa y ha ido extendiéndose a otros países gracias a la iniciativa de personas con conciencia ecológica que han apostado por ella. Los nuevos propietarios contribuyen de esta manera al reciclaje de estos embalajes de acero a la vez que se ahorran un dinero.

Las casas están condicionadas por el tamaño prefijado de los contenedores, que pueden ser de 6 ó 12 metros de profundidad, mientras que el ancho es de 2,5 metros. Los diseños de las viviendas se desarrollan mediante la unión de varios containers.

Una vez decidida la forma del futuro hogar, la función de los constructores es hacerlo viable. Para conseguirlo, deben hacer los cimientos de manera que las piezas encajen entre sí, reforzar las paredes para que aguanten un mayor peso y revestirlas con yeso y otros materiales para garantizar un buen aislamiento. A partir de ahí, la imaginación de cada cual es el límite para armar a su gusto el rompecabezas.

La arquitecto uruguaya Paola Rossi Pastor ha creado la empresa Project Container para promover estas construcciones y las ofrece en Uruguay, Argentina y Brasil. Por el momento ya tiene patentadas 16 combinaciones distintas.

Ahorro de tiempo y dinero

El tiempo medio de construcción de una de estas casas es de 45 días y tiene como ventaja, aparte de reducir el consumo de recursos naturales, su coste, que puede ser hasta un 30% menor que el de una casa tradicional, ya que necesita menos mano de obra y los materiales son más económicos.

Sin embargo, no todo son ventajas, ya que la vida útil de estas residencias es difícil que sobrepase los 50 años, aunque se puede aumentar mediante el empleo de pinturas protectoras especiales que reduzcan los efectos del clima.

Fuentes: Elaboración propia / BBC Mundo / Flickr

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