Sin emisiones, limpio y tranquilo, sin restricciones de recarga y sin necesidad de parar y conectarse a una columna, cómodo y seguro, más ligero… Así ha presentado la firma Bombardier el primer e-bus del mundo: un autobús eléctrico e inalámbrico, que se recarga gracias a un sistema de inducción con placas magnéticas instaladas en la vía. De esta manera, el vehículo no debe detenerse para recargarse, lo que transformará a los autobuses eléctricos en mucho más ágiles. Además, su batería es muy ligera y más pequeña que las tradicionales, por lo que ocupa menos espacio en el autobús y es capaz de recargarse tres veces más rápido. Eso sí, el requisito será adaptar la vía con la tecnología necesaria para el proceso.

¿Cómo funciona?

Cada vez que el autobús se detiene, y en unos pocos segundos, una placa magnética con capacidad de 200 kilovatios/hora obtiene energía de otra placa bajo el asfalto y a lo largo de la ruta. Se trata de un método inductivo, capaz de detectar a un vehículo eléctrico que use el sistema sobre él y de activarse, compatible con tranvías, buses y automóviles. Gracias a esta tecnología, el e-bus lleva a cabo una recarga inalámbrica, sin conexiones, sin necesidad de detenerse, sin alterar los hábitos de conducción ni los tiempos de viaje, y sin el riesgo de consumir por completo la batería.

La tecnología diseñada por Bombardier y llamada Primove se centra en tres puntos: una batería ligera, que ocupe poco espacio y que recargue tres veces más rápido que una tradicional; un sistema de propulsión y control eficiente energéticamente que reduzca emisiones contaminantes (también las acústicas) y, finalmente, una recarga por inducción magnética.

Por otro lado, no es necesaria una gran obra en la vía, puesto que las placas de recarga podrían ubicarse con imanes en elementos metálicos de la carretera, como las tapas del alcantarillado.

Los e-buses de Bombardier circularán desde 2014 por Alemania (la ciudad de Mannheim ya los ha probado, la seguirán Berlín y Brunswick); Bélgica (Brujas) y, probablemente, China (Nanjing).

Otras ventajas

Además de las lógicas ventajas medioambientales y económicas derivadas del ahorro de combustible, este sistema permite eliminar cableados aéros y de otro tipo, por lo que los e-buses se integran mejor con el paisaje urbano. Estos vehículos minimizan varios tipos de contaminación urbana a la vez: del aire, visual, acústica…

Al no existir batería de intercambio, hay más espacio para los pasajeros. Además, la vida útil de la batería es más larga, por lo que también en este sentido resulta más sostenible.

Los pasajeros, por su parte, no notarán olores desagradables y viajarán con menos ruido y vibraciones.

Suena bien, ¿no?

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