Empresas y reducción de pobrezaPor otra parte, existe a nivel mundial una conciencia creciente de que las cuestiones de interés social no deben seguir bajo el exclusivo amparo de los gobiernos y de la sociedad civil, sino que también deben convertirse en una responsabilidad para la comunidad empresarial. Las empresas del sector de la energía del mundo desarrollado, entre las que se encuentran las españolas,  tienen ante sí un reto esencial: compartir los conocimientos, la tecnología e incluso parte de sus recursos económicos con aquellos que están sumidos en la pobreza y que con energía podrían salir de la misma.

Las empresas, al invertir y llevar a cabo su actividad en los países en desarrollo, lo suelen hacer pensando en:

– Inversiones guiadas por estrategias de internacionalización.

– Participación en programas de Cooperación para el Desarrollo, bien mediante acciones solidarias desvinculadas de los sistemas públicos de Cooperación -fundaciones empresariales, voluntariado corporativo u ONG-, o bien mediante acciones vinculadas al sistema de Cooperación oficial.

– En ambos casos tienen un impacto social positivo en las economías de esos países.

Es en el segundo ámbito  donde se enmarcan los Acuerdos Públicos-Privados para el Desarrollo (APPD), que se definen como  un tipo particular de alianza en la que la colaboración entre el sector público y el sector privado constituye su componente estructural esencial, aunque en muchas ocasiones  se vean fortalecidas por la participación de otros actores, tales como las ONG o Universidades.

 :Estos Acuerdos  deben  caracterizarse por

– Establecerse entre, al menos, una empresa, una administración pública y un organismo del sistema de cooperación, pudiendo participar, además, otros actores del país donante o del país receptor.

– Diseñarse y llevarse a cabo sobre la base de un proceso de colaboración en el que se tengan en cuenta,  objetivos orientados a la promoción del Desarrollo Humano y coherentes con una Política de Cooperación. (Para España, el Plan Director 2009- 2012 de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID)),

Las Alianzas Público Privadas para el Desarrollo (APPD) y las alianzas multisectoriales en general, pueden ser alternativas a tener en cuenta para resolver el problema de llevar la energía moderna y el agua allí donde no la hay y, de este modo, intentar aliviar la pobreza. Pero para que la cooperación público-privada sea exitosa en el desarrollo sostenible de las zonas atendidas, es imprescindible el reconocimiento por parte de empresas y gobiernos, no sólo de los objetivos y necesidades de cada uno, sino también de las necesidades y deseos de los pueblos a los que se ayuda. La búsqueda de un espacio para el beneficio de todos no es fácil, pero es necesaria. La sociedad civil, representada por las ONG, Universidades, etc., puede jugar un papel como valedor de estos derechos.

Muchas empresas españolas y especialmente las energéticas pueden hacer un excelente papel en este campo. La sociedad civil española está bien organizada y dispone de unas ONG activas y eficientes, especializadas en los aspectos más técnicos de la cooperación al desarrollo y con un amplio conocimiento en el campo de la energía y del agua. Esas entidades sin ánimo de lucro, entre las que se encuentra Energía sin Fronteras (Esf), están dispuestas a facilitar esta tarea en la forma que se considere más conveniente. Las empresas españolas reforzarían su estabilidad y su legitimación social en los países en los que actúan, haciendo plasmación expresa de su Responsabilidad Social Corporativa.

Las dificultades que se presentan para las APPD son de amplio espectro y difícilmente se pueden resolver mediante actuaciones individuales. Es necesaria una visión global del problema, en cuya solución, han de estar necesariamente presente las empresas, los gobiernos, las instituciones internacionales de cooperación, las ONG, las instituciones multilaterales y órganos de representación de los municipios y comunidades afectados.

Quiero acabar esta reflexión diciendo que la sostenibilidad de la humanidad pasa porque la energía se consuma de forma más equitativa entre todos los ciudadanos de la tierra y que todos puedan obtener los mismos beneficios al consumir dicha energía, es decir que todos podamos disfrutar de la energía existente y disponible sin exclusiones. Las empresas energéticas españolas tienen en su mano ayudar a que eso sea posible.

Fuentes: Twenergy / Cabellos, Mariano: La energía, medio para reducir la extrema pobreza en los países en desarrollo / Izquierdo, Lucila: El papel de la colaboración público privada para promover el acceso a la energía en las zonas rurales de países en desarrollo. Posibilidades de actuación en el marco de la Responsabilidad Social Empresarial, SNE / Naciones Unidas: Objetivos de Desarrollo del Milenio, informe 2011 / Flickr

Rate this post

Write A Comment

Guardar en Pinterest