En estos casos el compromiso de todos los empleados es esencial. Varios expertos en gestión empresarial de las Universidades de Boston y Oregón (EE.UU.) han publicado un estudio disponible en Network for Business Sustainability a partir de la investigación de tres compañías que han tenido éxito al introducir valores sostenibles en su cultura empresarial. Según éstos investigadores, si bien el cambio puede fomentarse en actividades cotidianas como reuniones o programas de capacitación, es mejor que las interacciones tengan lugar en «lugares seguros» en los que intercambiar ideas y experimentar con nuevas soluciones. Es decir, es más útil convocar las reuniones en lugares específicos para tratar estos temas dentro de la organización, pero fuera del desarrollo habitual del trabajo. En estos lugares los empleados son más libres de experimentar y proponer, para luego implantar las soluciones en su trabajo y con otros equipos de trabajadores.
Además, no es necesario que el proceso de aportar nuevos valores sostenibles a la cultura de la empresa sea liderado por los directivos. Al contrario, puede ser mucho más efectivo que la iniciativa parta de un empleado respetado dentro de la organización. Como indican éstos investigadores, ‘los empleados que entienden la cultura actual de la empresa tienen más éxito a la hora de movilizar a otros empleados, porque pueden conectar las nuevas ideas con los valores actuales'.
Por último, advierten que no es necesario desechar los anteriores valores de la compañía para abrazar los nuevos, sino que todos deben complementarse.
Cómo conseguirlo
Los investigadores aportan, además, una serie de recomendaciones que nos pueden ser útiles. Por ejemplo, nos aconsejan estar atentos a las situaciones cotidianas donde se pueden introducir las ideas relacionadas con el cambio deseado, reforzar nuevas formas de pensar o invitar a la reflexión.
También, es importante conocer la cultura y los objetivos de la empresa e identificar los aspectos que pueden estar relacionados con estas nuevas inquietudes, es decir, pensar en añadir, no en cambiar o sustituir los antiguos valores. Para probar y estimular nuevas ideas hay que permitir que los empleados salgan de su entorno habitual, aunque sea temporalmente, para que participen en el proceso.
Por último, recomiendan mantener una visión a largo plazo. Tener una visión final, pero ser paciente y flexible en la forma de ayudar a los demás para evolucionar hacia ese objetivo.
Con estas recomendaciones esperamos que te sea mucho más fácil ayudar a implantar valores sostenibles en tu empresa.
