Estudios de botanicaEl proceso que han seguido los científicos británicos de las Universidades de East Anglia, de Kent y de Sussex se ha basado en la comparación de estas 77 flores que componen la colección con otras de la misma especie, pero del período comprendido entre 1975 y 2006. Los resultados de los análisis, publicados en la prestigiosa revista Journal of Ecology, desvelan una relación entre los años más cálidos y el florecimiento más temprano. Los científicos han establecido una pauta de adelanto de floración de seis días por cada incremento de temperatura de 1 grado centígrado durante la primavera.

Tal y como se expone en la publicación, la respuesta de floración a la temperatura primaveral se ha mantenido constante en los periodos estudiados, a pesar del incremento de temperatura que viene experimentándose desde la década de los años 70. Este fenómeno sugiere la posibilidad de poder predecir los efectos de mayores calentamientos en los tiempos de floración. Se demuestra así que las colecciones botánicas pueden llegar a ser una fuente fiable para estudiar el clima. Al igual que los anillos de los árboles aportan una información valiosísima, los pétalos de las flores vienen a cubrir ahora un espacio clave en las investigaciones del cambio climático.

Aunque en el establecimiento de esta teoría los expertos se han ayudado también de los registros locales de temperatura de los lugares en los que fueron recogidas las orquídeas, el valor del hallazgo permitiría, incluso, prescindir de éstos. Los resultados de la investigación se pueden replicar a colecciones botánicas con más de 250 años de antigüedad, tiempo en el que los registros locales de temperatura eran escasos y no permitían hasta ahora realizar el estudio sobre el cambio climático.

El estudio podría extenderse, además, hacia otras áreas, como el análisis de las consecuencias que tuvo las floraciones tardías en la vida de los insectos para su polinización. Estaríamos hablando, sumando flora y faunia, de cerca de 2.500 millones de muestras que podrían convertirse ahora en la Piedra Rosetta del cambio climático.

Fuente: Elaboración propia / aboutmyplanet.com / molecularstation.com / physorg.com / flickr

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