Bogotá lleva años animando a sus ciudadanos a dejar el carro aparcado y subirse al sillín en sus desplazamientos diarios. Sus esfuerzos han valido la pena: la ciudad es hoy todo un ejemplo para el mundo de la movilidad sostenible en Latinoamérica. Bogotá cuenta con una red de ciclovías de 376 kilómetros y celebra actos multitudinarios en bicicleta como son la jornada del Día Sin Carro, la Ciclovía dominical y la Ciclovía Nocturna, que se organiza en diciembre.
Según las encuestas de movilidad, entre 2005 y 2011 el número de viajes diarios que realizan los bogotanos en bicicleta aumentó de 285.000 a 450.000. Esta tendencia a favor de la bici se confirma con más datos: la última encuesta de percepción ciudadana del proyecto ‘Bogotá, cómo vamos’ señala que en tan sólo un año, el porcentaje de ciclousuarios pasó del 13 al 19 por ciento.
Las localidades del Distrito Capital de Bogotá donde más se pedalea son Kennedy, Suba, Bosa, Engativá con más de 60.000 viajes diarios sobre el sillín. Kennedy registra el mayor número de desplazamientos por día con más de 90.000. Unas cifras muy positivas que convierten a Bogotá en una de las ciudades más amigables para los ciclistas.
La intención de la Administración Distrital es seguir apostando firmemente por las dos ruedas. Y para ello pretende aumentar las condiciones de seguridad y confort del ciclista, construir más kilómetros exclusivos para las bicicletas, mejorar la infraestructura existente y hacer campañas de pedagogía sobre esta forma de movilidad sostenible.
Son muchos los beneficios que aporta la bicicleta a una ciudad como Bogotá: mejora la movilidad urbana evitando los embotellamientos y disminuye la polución y la contaminación auditiva que origina el tráfico motorizado. Es además una forma de movilidad que ahorra dinero y mejorar la salud física y mental de los ciudadanos. Con la bicicleta, las ciudades se vuelven más humanas. Y Bogotá está en el camino correcto.