En primer lugar tenemos que conocer que necesidades tenemos. Las instalaciones solares térmicas se utilizan generalmente para cubrir parte de la demanda de Agua caliente Sanitaria (ACS). Estas instalaciones también pueden apoyar a la calefacción del hogar, pero este uso es menos común ya que su aprovechamiento es bajo. Nuestra demanda de ACS dependerá del número de personas y de nuestros hábitos.
Sucesivamente elegiremos un número de paneles solares (llamados colectores) adecuado para cubrir el máximo de nuestra demanda, sin desperdiciar energía. Por ejemplo, para una vivienda unifamiliar con cinco personas, una instalación de 4 m2 es suficiente para cubrir la mayor parte de la demanda de ACS.
Generalmente no vamos a buscar cubrir toda la demanda de ACS. Estas instalaciones, como es lógico, generan más energía en verano que en invierno. Al intentar conseguir toda la energía que necesitamos en invierno, vamos a tener un exceso en verano que no vamos a poder aprovechar y la instalación resultará mas cara.
Finalmente debemos buscar el lugar óptimo para colocar los paneles. Los colectores generalmente se instalan en la cubierta o tejado, en un lugar libre de sombras, y en España tienen que estar orientados al sur e inclinados alrededor de 45º.
Existen instaladores autorizados que pueden ofrecernos un servicio llave en mano, que incluya el dimensionamiento, los materiales necesarios y la instalación. Podemos informarnos sobre instaladores que trabajen en nuestra zona en las principales asociaciones del sector, como ASIT.
Siguiendo con el ejemplo de una vivienda de cinco personas, con 4m2 instalados en el tejado podremos generar energía suficiente para cubrir entre el 60% y el 70% del calor necesario para el agua caliente. Esta instalación permitiría prescindir de la caldera en los meses de verano. Un sistema de este tipo tiene un coste aproximado de 3.000 euros. Eso sí, si el mantenimiento es adecuado, la instalación tendrá una vida útil superior a 25 años.
Desde el punto de vista medioambiental, generar con el sol la energía necesaria para el ACS supone una disminución de las emisiones, al reducirse el consumo de combustible. Simplemente con esta instalación de 4 m2 dejaremos de emitir anualmente 600 kg de CO? a la atmósfera.