Como decía Arthur C. Clarke en su famosa Tercera Ley (1962) : “Toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”, y es que hemos visto ya en películas de ciencia-ficción como seres vivos eran empleados como generadores de energía, miles de cuerpos interconectados y alimentados para producir ese bien preciado.

Científicos capitaneados por el profesor Evgeny Katz acaban de publicar en el Journal of the American Chemical Society el experimento de una nueva celda de biocombustible, que ha funcionado durante varios meses dentro de un caracol vivo. Docenas de caracoles en la Universidad de Clarkson (Nueva York)  han generado hasta 7,45 microvatios.

Hasta ahora, ningún equipo había logrado crear una celda de biocombustible implantada en un animal vivo pequeño capaz de generar electricidad por un período de tiempo sin que dañara su salud.

Para «transformar» la vida de caracoles en «baterías energéticas», los investigadores llevaron a cabo dos pequeños agujeros en su caparazón, insertando electrodos miniaturizados basados en nanotubos de carbono comprimido.

Se reviste entonces el material altamente conductor con enzimas que promueven las reacciones químicas en el cuerpo. Usando una enzima diferente para cada electrodo, -una de extracción de electrones a través de la glucosa y la otra utilizando los electrones para extraer las moléculas de oxígeno de agua-, el efecto de ambas inducen una corriente eléctrica.

Las enzimas pueden producir electricidad durante varios meses, siempre y cuando se han cultivado y hecho para descansar al animal correctamente (después de 45 minutos, la electricidad se había reducido en un 80%).

Y con esto viene a mi memoria la película Matrix, que situa la escena en el año 2199, donde las máquinas después de haberse rebelado contra sus creadores, los humanos, ahora dominan el mundo. Los humanos quemaron el cielo con el ánimo de bloquear el sol como principal fuente de energía de las máquinas y estas a cambio utilizan a los mismos seres humanos para producir energía, que viven cerebralmente en un mundo virtual,  mientras producen la energía necesaria para sus dominadores.

Necesito una puesta a tierra urgente… aún quedan 187 años  y siento vértigo de visualizar un universo lejano, donde energía y vida juegan una dificil partida de subsistencia. Hay una gran diferencia entre conocer el camino y andar el camino.

Me quedo con el mensaje de que el caracol no solo lleva su casa, sino su propia energía basada en una celda de biocombustible es capaz de producir electricidad a partir de sí mismo. En el mundo energético, este símil se acerca bastante a nuestra capacidad de producir energía en nuestros hogares, edificios, vehículos etc., lo que conocemos como “generación distribuida”. Nuestros emplazamientos tienen capacidad de producir energía, como si se trataran de insectos cyborgs y esta pueda ser aprovechada tanto por nosotros como por otros conectados a la red inteligente.

En menos de una década, los científicos habrán desarrollado sensores, microchips y comunicaciones como para implantarlas tanto en insectos como en edificios, objetos de manera que puedan obtener información sobre su entorno. También en energía «la esperanza es la quinta esencia de la debilidad humana”.

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