En 2005 fue aprobado y, renovado en 2011, por Acuerdo del Consejo de Ministros, el Plan de Energías Renovables para el período 2005-2010 y posteriormente 2011-2020, con el propósito de garantizar la seguridad y calidad del suministro eléctrico y el respeto por el medio ambiente, para cumplir así con los compromisos de España en el ámbito internacional (Protocolo de Kioto).

La co-combustión consiste en sustituir una gran parte de los combustibles fósiles que se usan en las calderas de las centrales térmicas por recursos naturales renovables como pueden ser la paja, madera, etc. Todo ello da lugar a una disminución en la emisión de gases contaminantes y la reducción del uso de recursos limitados sin necesidad de realizar grandes inversiones.

La primera planta transformada a biomasa en España ha sido a mediados de 2012 en Vitoria Gasteiz en la cual se sustituye el gasóleo utilizado hasta ese momento, por biomasa en forma de pellets. Esta biomasa se obtiene a partir de residuos agrícolas forestales o de la industria maderera. La planta, de este modo, consigue calor que se utiliza en calefacción y agua caliente.

Ventajas e inconvenientes

La utilización de esta técnica ofrece unas ventajas respecto a la utilización de combustibles fósiles:

– Se obtiene una recuperación de la materia prima y una creación de empleo en las zonas donde se encuentre situado este recurso.

– Protección de bosques y menor ocupación de vertederos.

– Dependiendo de la calidad del residuo, se consigue un ahorro económico por parte de las plantas de co-combustión, puesto que este recurso natural es más barato que el uso de combustible fósil.

– España presenta un potencial de producción de biomasa al año (residuos forestales, agrícolas, como puede ser paja, madera, etc.) de aproximadamente 11 millones de toneladas, lo que supondría 3,3 millones de toneladas equivalentes de petróleo, todo ello se puede traducir en que nos dejaríamos de gastar alrededor de 160 millones de dólares en dicho petróleo, permaneciendo esta cantidad monetaria en España.

Sin embargo, esta fuente de energía presenta ciertos inconvenientes como puede ser la problemática en desplazar la biomasa hasta las centrales térmicas y la especulación creada en el sector debido a que un gran número de suministradores se dedican a vender a mercados extranjeros que pagan más.

Esta situación no parece tener mucho sentido, pudiendo suministrar dicha biomasa a las propias centrales térmicas españolas. Para evitar este desplazamiento innecesario se han estudiado una serie de medidas, tales como:

– La aplicación de unas tasas sujetas a la trazabilidad de los materiales; es decir, unos costes que dependen del lugar al que se destine la biomasa, conociendo en todo momento la cadena de suministro que sigue la misma.

– La presencia de otras tasas que encarezcan el uso de los basureros para esta materia prima, con el fin de que la mayor parte de dicha materia llegue a las centrales térmicas, obteniendo por tanto una revalorización energética.

– Concienciar a la población, en la medida de lo posible, sobre la importancia que tiene la utilización de la biomasa con el fin de impedir la acumulación de esta materia en vertederos.

Otra de las necesidades importantes para alcanzar este objetivo ecológico, al mismo tiempo que se genera energía eléctrica, es el avance en I+D para la obtención de maquinaria eficiente sin la necesidad de acudir a maquinaria extranjera, pudiendo así mecanizar la recogida de los residuos y facilitar el trayecto de los mismos hasta la central térmica.

Fuentes: Twenergy / Noticias de Álava / mundoenergía / avebiom / Flickr

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