1. Ten tu coche a punto. Cuidar y revisar periódicamente y antes de un gran viaje no sólo te permitirá viajar de manera más segura sino que también influirá en el consumo. Es necesario tener controlado el motor, los filtros, la presión de los neumáticos y el control de niveles para que tu vehículo sea más seguro y eficiente. Revisa también tu sistema de escape puesto que si está en mal estado o sucio la contaminación puede aumentar más de un 7%. El estado de la batería también es importante puesto que si no carga bien puede consumir hasta un 5% más de lo habitual.
2. Respeta los límites de velocidad. Es el primero y el más importante de nuestros consejos. Y no sólo porque tu seguridad sea lo que más nos preocupa sino porque no pasarte de la velocidad permitida permitirá que tu viaje sea lo más sostenible posible. Recuerda que la velocidad máxima en autovía y autopista es, de nuevo, 120 km/h. La limitación a 110 km/h, que finalizó el 1 de julio, a pesar de la polémica que despertó en su momento, permitió un importante ahorro de combustible -el 15% de gasolina y el 11% de gasóleo – lo que se tradujo en un alivio para nuestros bolsillos y para el planeta. Volvemos a los 120 km/h, pero, ¿por qué no seguir ajustando la velocidad? Se calcula que circulando a 110 km/h, un coche de gasolina consume 7,64 litros, un ahorro de casi un litro menos por cada cien kilómetros que si circulara a 120 km/h. Si tu coche es diésel, consumirá una media de 5,42 litros cada cien kilómetros frente a los 6,09 litros que consumiría a 120 km/h.
3. Aprende a ser un conductor eficiente. Si todos pusiéramos un poco de nuestra parte a la hora de ponernos al volante, conseguiríamos un importante ahorro energético puesto que el 15% de la energía consumida en nuestro país proviene del automóvil y el transporte en carretera es el responsable del 40% de las emisiones totales. Los expertos aconsejan trucos fáciles de poner en marcha como circular, si es posible, en marchas largas y a bajas revoluciones. Para los coches de gasolina es aconsejable arrancar el motor sin pisar el acelerador e iniciar la marcha inmediatamente después del arranque. Sin embargo, si tu coche es diésel es mejor esperar unos segundos antes de echarse a rodar. Además hay otros pequeños gestos que nos ayudaran a conducir de manera más eficiente: evitar frenazos, acelerones, subir las cuestas en la marcha más larga posible y evitar ese error tan común de bajar las pendientes en punto muerto.
4. Comparte coche. Si es imposible llegar en transporte público a tu destino y el coche es la única manera que tienes de conseguirlo, piensa que seguro que hay más personas en tu situación y busca redes para compartir coche. Aunque esta fórmula suele utilizarse para ir al trabajo, también puede resultarte muy útil para preparar tus vacaciones. Internet será tu cómplice puesto que existen muchas páginas en las que la gente ofrece su coche o busca uno que haga su mismo trayecto. ¡Atrévete!
5. Viaja a primera o última hora. Estás de vacaciones así que puedes permitirte cierta flexibilidad horaria. Ponte en marcha a primera hora de la mañana o a última de la tarde, cuando el calor no es tan intenso y consumirás menos puesto que evitarás activar el aire acondicionado. Además, son horas en las que suele haber menos tráfico circulatorio, con lo que el ahorro es mayor.
6. La baca no es un maletero. Pon especial atención a la hora de transportar equipaje en la baca puesto que los accesorios exteriores aumentan la resistencia del vehículo al aire y, por lo tanto, el consumo de carburante. Por eso no caigas en el error de utilizar la baca como un maletero e intenta transportar las maletas en el interior del coche siempre.
7. No conduzcas con las ventanillas bajadas. Se trata de uno de los errores más frecuentes a la hora de ponerse al volante. Al contrario de lo que pueda parecer, conducir con los cristales bajados supone un gasto adicional puesto que provoca una mayor resistencia al movimiento del vehículo, así que el motor tiene que trabajar más y el consumo aumenta. Los expertos recomiendan utilizar de manera adecuada la circulación forzada del aire del vehículo, es decir, la que produce el vehículo cuando circula a una velocidad moderada a través de una especie de rejilla-ventilador. No produce ningún consumo extra pero la sensación de frescor es mayor.
Ya tienes algunos consejos. Ahora te toca ponerlos en práctica. Seguro que lograrás reducir el consumo de carburante a la vez que cuidas el medio ambiente.
Fuentes: Twenergy / Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE) / Agencia Andaluza de la Energía / Flickr