A la hora de hacer la mochila, debemos pensar en reducir el impacto de nuestra huella ecológica y elegir bien cada uno de los materiales que los niños utilizarán durante el año. No es lo mismo comprar un cuaderno convencional que otro elaborado con folios reciclados; un estuche de plástico o uno fabricado de algodón orgánico; un lápiz lacado u otro hecho con madera sostenible con sello FSC. Incluso las acuarelas, las ceras o la plastilina pueden ser fabricadas a base de vegetales y minerales naturales, sin tóxicos.

Pero si hay algo que no puede faltar en la clases de matemáticas o álgebra, eso es una calculadora científica solar. La ventaja de este pequeño dispositivo, tan útil para la resolución de cálculos y operaciones matemáticas, es que no necesita cables ni pilas para funcionar, sólo la energía del sol.  

Es el ejemplo de la calculadora solar científica que ofrece la tienda de Twenergy: gracias a sus diminutas placas fotovoltaicas, esta calculadora solar es capaz de obtener electricidad de forma limpia, segura y gratis. Un dato: una pila de botón puede contaminar el agua que una familia consume durante toda su vida. Con la calculadora solar evitamos ese gran daño al medio ambiente.

Otra preocupación para muchas familias es la compra de uniformes y libros de texto. Para  ser más sostenibles, podemos adquirirlos de segunda mano o intercambiarlos con otros niños que ya no los necesiten (webs como truequebooks o bookint.eu ayudan a ello). Además de cuidar el medio ambiente, ahorraremos mucho dinero.

Todos estos elementos hacen que la vuelta al cole sea lo más sostenible posible y que la huella ecológica se reduzca también desde las aulas. Y lo más importante: enseñas a los más pequeños a vivir respetando el Planeta.

Fuentes:greenhabit.es

 
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