Durante años, este día ha servido para que muchos movimientos ecologistas de todo el mundo promuevan entre los ciudadanos la urgente necesidad de reducir los residuos. Por eso, en el Día Mundial del Reciclaje debemos tomar más conciencia que nunca de cómo repercuten nuestros hábitos de consumo y qué medidas llevar a cabo para crear un mundo más sostenible.

En una sociedad consumista donde se ha implantado la cultura de usar y tirar, el volumen de residuos ha crecido de una manera desorbitada, provocando que la basura y su toxicidad sea una grave amenaza para nuestro entorno natural. Un dato: cada ciudadano genera en promedio 1 Kg de basura al día, lo que origina 365 Kg al año.

¿Cómo combatir desde casa este problema? Con las tres erres ecológicas. Tres gestos tan sencillos como necesarios.

Reducir. Esta acción implica disminuir el consumo de productos y embalajes. Debemos adquirir sólo lo que vayamos a consumir y tener una conciencia ecológica a la hora de llenar la cesta de la compra. No comprar productos de plástico (por ejemplo, cubiertos y platos de plástico), y evitar alimentos con muchos embalajes (por ejemplo la fruta, mejor a granel que en paquetes) son dos buenos comienzos. Reducir la compra innecesaria de productos disminuye directamente la cantidad de residuos que generamos, y con ello nuestra huella ecológica.

Reutilizar. Debemos pensar siempre en dar una nueva vida útil a las cosas que ya no nos sirven para su uso original antes de tirarlas a la basura. Podemos reutilizar botellas de plástico para crear adornos, cajas de cartón para hacer manualidades, maderas viejas para fabricar muebles, ropa vieja para crear colchas patchwork, etc. En internet hay muchos tutoriales de cómo hacerlo. Sólo hay que echarle ganas e imaginación. Además de conseguir nuevos productos, ayudamos al medio ambiente y nos ahorramos una buena cantidad de dinero.

Reciclar. La gran mayoría de materiales que utilizamos pueden reciclarse. El vidrio, por ejemplo, puede reciclarse hasta 40 veces. También pueden reciclarse el papel, el cartón, los plásticos, los envases y los desechos orgánicos, entre otros. Cada hogar debería seleccionar y separar los desechos para después depositarlos en los contenedores de reciclaje y puntos limpios correspondientes. Los ciudadanos son el comienzo de una cadena de reciclaje que fabricará nuevos productos a partir de residuos. Sus ventajas son varias: evitamos el impacto ambiental que supone la eliminación de residuos y ayudamos a salvaguardar los recursos natural que se utilizarían para nuevos productos. Por ejemplo, la reutilización de una tonelada de papel salva la vida de 17 árboles. Reciclar es responsabilidad de todos.

 

Fuentes: ecologiaverde.com | Ifeelmaps.com

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