Se cumplen 2 siglos de la creación de la bicicleta

La bicicleta lleva ya 2 siglos entre nosotros. En 2017 se ha cumplido el 200º aniversario de la creación de la que fue considerada como la primera bicicleta por parte del barón alemán Karl Christian Ludwig Drais, un vehículo de 2 ruedas que en su día fue concebido para desplazarse por zonas urbanas.

La bicicleta se convirtió en el medio de transporte más popular en muchas de las ciudades, especialmente a finales del siglo XIX, siendo el primer medio de transporte mecánico individual.  Pero con la llegada del S.XX el automóvil cobró mayor protagonismo en la mayoría de las ciudades industrializadas, llegando a sustituir a cualquier otro medio de transporte alternativo gracias a la libertad de movimientos que éste ofrecía.

En algunos países de Europa es el principal medio de transporte

Es a mediados del siglo XX, y más concretamente hacia la década de los ’70 coincidiendo con la crisis del petróleo, cuando el uso de la bicicleta vuelve a renacer en los entornos urbanos, extendiéndose a la mayor parte de Europa, y llegando a ser, en países como Suiza, Alemania, Países Bajos, Bélgica y los países escandinavos, uno de los principales medios de transporte. En Asia, especialmente en China y la India, es desde entonces el principal modo para realizar cortos y medios trayectos tanto en las ciudades como en las zonas rurales.

En paralelo a este nuevo auge, nacen los primeros sistemas de bicicleta compartida en Europa, sistemas que han ido creciendo hasta existir hoy más de 1.000 sistemas repartidos por todo el mundo, destacando ciudades como Beijing, donde conviven hoy casi 2.5MM de bicicletas compartidas.

Este crecimiento ha sido fruto de la necesidad creciente de contar en las ciudades con medios de transporte alternativos y complementarios a los existentes como el autobús, el metro, o el tranvía, pero que a la vez permitan seguir ofreciendo esa libertad de movimiento que ofrece un vehículo individual como el coche o la moto. Por ello se aprecia la bicicleta como el eslabón ideal para facilitar esta nueva forma de movilidad, más saludable y comprometida con el medio ambiente.

Sin embargo, por sus características las bicicletas constituyen una solución de movilidad apta para un número limitado de personas (jóvenes, o de mediana edad, y con una buena condición física), permitiendo una distancia recorrida directamente proporcional a la forma física del usuario, y donde la orografía de la ciudad juega un papel fundamental.

 

En 2014 llegó el primer sistema público de bicicleta eléctrica

Un hito clave en la eliminación de estas limitaciones lo supuso la llegada en 2014 del primer sistema público de bicicleta eléctrica compartida en una capital europea, inaugurado en Madrid, y que fue desarrollado por buena parte del equipo fundador de Ride-On, introduciendo 165 estaciones y algo más de 2.000 bicicletas eléctricas en las principales zonas de la ciudad.

Este gran avance supuso un alto grado de aceptación del sistema por parte de los ciudadanos de Madrid, pues la asistencia al pedaleo y los motores eléctricos de las bicicletas hacían accesible cualquier zona de la ciudad con independencia de las posibles pendientes a afrontar, ampliando a la vez la edad media de los usuarios desde los 32 años de los sistemas convencionales hasta los 41 años de los nuevos usuarios.

La bicicleta eléctrica es uno de los sistemas más rápidos en vías urbanas

De esta manera la bicicleta se mostraba como el modo de transporte más rápido en vías urbanas, llegando a alcanzar velocidades medias que superaban las de la mayoría de los vehículos a motor que circulan a nuestro alrededor, y haciéndolo de una forma segura y mucho más limpia y sostenible, con capacidad para afrontar desplazamientos más largos gracias a una autonomía cercana a los 40-50 Kms.

Por razones como éstas creemos que tanto Gobierno como instituciones deben impulsar este tipo de actuaciones, ampliando el radio de acción de estos sistemas con la introducción de más estaciones e incluso integrándolo dentro del sistema de transporte público, haciendo que forme parte del ecosistema de alternativas de movilidad que cualquier usuario, tanto residente como turista, pueda valorar a la hora de desplazarse por una ciudad.

Un impulso coordinado entre administración pública e iniciativas privadas permitirá desarrollar aún más este nuevo sistema de transporte público e individual, ofreciendo a las ciudades una solución sostenible integral e insuperable:  menor emisión contaminante, menores congestiones de tráfico, y más ejercicio y mejor salud, tanto de las ciudades como de sus habitantes.

Fuentes: Elaboración propia

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