La sostenibilidad, la eficiencia energética, las energías renovables, el desarrollo sostenible, la planificación urbana… han sido seguramente los términos más empleados este verano en Bogotá: la capital colombiana ha sido sede de la Cumbre Río+20, donde se han reunido más de 350 líderes mundiales junto a 5.000 participantes, y nos han dejado unos cuantos temas para reflexionar (y actuar).
¿Qué es la Cumbre Río+20?
Veinte años después de la histórica Cumbre de la Tierra en Río en 1992, otra cumbre le rindió homenaje (a la vez que hizo revisión de objetivos). En 2012, los líderes mundiales se reunieron nuevamente en Río de Janeiro, en la Cumbre Río+20 (el +20 hace honor a esas dos décadas transcurridas). Un año después, la cita fue en Berlín. Y en 2014, ha tenido lugar en Bogotá. Como argumenta la propia Naciones Unidas, se trata de “una oportunidad para mirar hacia el mundo que queremos tener en 20 años”.
Si hablamos del futuro que queremos (título del documento final aprobado en el primer Río+20), eso pasa en gran medida por las ciudades que soñamos (y necesitamos). De ahí que los ejes temáticos de la cita mundial fueran:
1 – Las ciudades y el uso eficiente de recursos. Aquí se tocaron puntos como energía en las ciudades, agua, residuos, hábitat, vivienda sostenible, edificios amigables con el medio ambiente, planificación urbana, ciudades inteligentes, segregación socio-económica y espacial, ciudades resilientes, mitigación y adaptación al cambio climático y gestión de residuos, renovación urbana…
2 – El transporte y la movilidad sostenible. El desarrollo orientado por el transporte sustentable, políticas, proyectos y modelos de transporte urbano sostenible, transporte público, transporte no-motorizado, movilidad eléctrica, red eléctrica inteligente, ciudades amigables con el ciclismo, financiamiento de la inversión, etc., fueron algunos de sus ejes.
3 – El turismo sostenible. La cumbre se centró en comparar políticas nacionales y locales, servicios hoteleros, gestión de residuos sólidos, imagen de ciudad, planeación de infraestructura, turismo ecológico y cultural, paisajes ecológicos de bajo carbono y conservación cultural y patrimonial, entre otros temas.
En la ciudad está la clave
Bogotá fue elegida como sede para esta nueva cumbre gracias a sus proyectos de transporte sostenible, como el piloto de taxis eléctricos o el de buses híbridos de Transmilenio. Y es que en las ciudades está la clave para un futuro más sustentable. Está previsto un crecimiento de la población urbana en las próximas décadas, y cada vez son más las zonas urbanas y los municipios que apuestan por planes verdes. Tal como apuntan los documentos de Río+20 Bogotá, son los gobiernos locales quienes deben plasmar una “visión de ciudad sostenible, desde la implementación de planes de ciudad a través de la revitalización de barrios y ciudades, hasta la adopción de programas de eficiencia energética en la construcción, manejo y desarrollo de sistemas de transporte locales y apropiados”.
El transporte es aquí también otro de los puntos claves y fundamentales para el desarrollo sustentable, puesto que además puede servir como motor económico, a la par que respeta el medio ambiente con menos emisiones contaminantes, puede “mejorar la equidad social, la salud, la resiliencia de ciudades, los vínculos urbano-rurales y la productividad de áreas rurales”, tal como se ha explicado en la Cumbre Río+20 Bogotá.
El turismo representa una de las industrias más grandes y de mayor crecimiento del mundo. Según la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, en 2011 el sector generó un 5% del producto interno bruto (PIB) mundial y entre el 6% y el 7% de los puestos de trabajo en todo el mundo. Por eso es importante que sea sostenible, sobre todo en países en vías de desarrollo (los mayores receptores de turismo internacional), donde el turismo de naturaleza ocupa un lugar tan destacado.
¿Cómo se llevan las intenciones a la práctica?
Éste es el punto difícil de cada cumbre. Las reuniones de alto nivel internacional suelen concluir con un una bonita declaración de intenciones, pero muchas veces no resultan fructíferas. En Río+20 se ha resuelto que cada país y cada ciudad deberán determinar sus propias necesidades y trazar su propia Hoja de Ruta para alcanzar sus soluciones. Pero la propia reunión ha servido como un excelente punto para el intercambio de información, para exponer medidas y políticas probadas en los diferentes países participantes, y para tomar nota de buenos ejemplos. No estamos solos en la búsqueda de soluciones y la cooperación internacional nos pueden servir de mucho.
Fuentes Río+20 Bogotá | Naciones Unidas | Elcolombiano.com