España importó en 2011 casi 26.000 millones de toneladas de alimentos, el mayor porcentaje, el 62% se trasladó por barco, un 38% por carretera y otra parte menor se hizo en tren o en avión. Además, la tendencia se reafirma cada año y la cantidad de alimentos importados va aumentando.

El Informe de Amigos de la Tierra “Alimentos kilométricos” señala que los productos que más distancia recorren son los piensos para animales, aunque seguidos muy de cerca por los pescados, crustáceos y moluscos, recorriendo una media de 6.982 y 6.406 km respectivamente.

Es increíble que, siendo España una península, el pescado recorra tantos kilómetros hasta llegar a nuestros platos. Esto es así porque la mayoría de este pescado viene de Argentina y de China.

Algo similar sucede con la carne de cerdo o con los garbanzos. Pensamos que son alimentos nacionales pero en 2011 se importaron casi 100.000 toneladas de cerdo de Francia, Países Bajos y Portugal y el 87% de los garbanzos que comemos procede principalmente de México.

Importancia energética

Este transporte implica una contribución muy importante a la huella de carbono. Las importaciones de alimentos de 2011 produjeron un total de 4,2 millones de toneladas emisiones de CO2, siendo las mayores las generadas por el transporte por carretera.

En este sentido hay que señalar que aunque sean mayores las importaciones por barco, las emisiones del transporte por carretera son mayores por considerarse un factor de emisión mayor por tonelada.

Otros inconvenientes

Aparte de la importancia para la calidad atmosférica, la escasez de combustibles fósiles y su implicación en el cambio climático, la importación de alimentos acarrea otros problemas:

– Riesgo para la salud. Para que los alimentos no sufran problemas de conservación en su desplazamiento son tratados con tratamientos físicos o químicos. Esto conlleva, en algunos casos, a la pérdida de vitaminas y otros nutrientes. Hay que tener en cuenta también la normativa de cada país de procedencia. Los controles sanitarios cambian de unos países a otros. AsiaInspection denuncia casos de contaminación en distintos tipos de alimentos procedentes de China.

–  Sabor de los alimentos. Muchos alimentos importados pierden su sabor o bien no logran el grado de maduración suficiente. Las frutas, por ejemplo, vienen sin madurar para aumentar su durabilidad.

– Pérdida de empleo rural. Cuando se elige lo de fuera frente a lo local se reduce la productividad local y las posibilidades de supervivencia de los negocios rurales nacionales.

Comprar alimentos de fuera tiene muchos inconvenientes que pueden ser evitados fijándonos en la etiqueta del producto. Toda etiqueta debe de indicar la procedencia de fabricación y/o envasado del producto. Aprende a hacer la compra de forma ecológica y elige siempre que puedas productos locales.

Fuentes: Amigos de la Tierra / La RazónFlickr

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