La instalación de equipos que nos muestren cómo consumimos energía, dónde y en qué momento, nos ayuda a definir nuestro perfil de consumo, esto es la monitorización energética. Esta información nos va a permitir establecer estrategias de ahorro energético, identificando los equipos de mayor consumo, cuándo se produce la mayor demanda, cuántos equipos se quedan encendidos de forma innecesaria,…  

La información inicial más útil que podemos obtener  con la monitorización es nuestra disgregación del consumo según las instalaciones: 
A modo de ejemplo, ofrecemos la disgregación media de consumos según el IDAE en el sector residencial, en la zona continental:

Una vez que tenemos nuestro análisis de los elementos consumidores, hay una probabilidad elevada de que el gasto energético nocturno nos sorprenda por ser elevado.

La primera medida de ahorro y más sencilla, consiste en medir el consumo eléctrico en las horas en las que se supone que no debería de haber ningún consumo y de esta manera comprobar si hay aparatos que se queden en standby,  que se nos olviden apagar y cuya desconexión supone un ahorro inmediato. Según datos del IDAE, el 10,7% del consumo eléctrico total de los electrodomésticos en España se debe al standby. En este punto podremos detectar un gran potencial de ahorro tanto energético como económico.

La siguiente medida ya es un poco más elaborada y tiene que ver directamente con la tarifa y la potencia contratada con la compañía eléctrica. Gracias a los equipos de monitorización podemos medir en qué momentos del día estamos demandando la máxima potencia, es decir, en qué momentos del día tenemos conectados más aparatos eléctricos con potencia elevada de manera simultánea. Identificando la máxima potencia consumida y su evolución en ciclos diarios, semanales y mensuales,  realizaremos una optimización de la potencia contratada que nos evitará penalizaciones en la factura eléctrica.

Si fuésemos capaces  de desplazar el encendido de los equipos a un horario con un precio más barato, el ahorro de energía no sería ninguno, pero el económico puede ser elevado si a la vez proponemos un cambio de tarifa y a que en la tarifa con discriminación horaria de dos periodos, el periodo punta, más caro,  que va de 12h a 22h en invierno y de 13h a 23 h en verano, y el periodo valle, más barato el resto, es decir, el periodo valle abarca 14 horas del día. 
Para que sea rentable contratar esta potencia es necesario que se realice como mínimo un consumo del 30% en este periodo valle, y cuanto más se supere este porcentaje de consumo, mayor será el ahorro. 

Para ayudarnos a consumir en este periodo valle, nos podemos valer de que la mayoría de los equipos o electrodomésticos modernos, ya que incorporan la opción de programar el funcionamiento.

Cuando medimos el gasto energético real de cada equipo o instalación  podremos calcular de forma directa el ahorro producido al realizar o planificar la sustitución de los mismos por otros más eficientes.  Por ejemplo: los ahorros producidos por la sustitución de iluminación a tecnología LED, descubriríamos un ahorro aproximado de 60€/año. Estos datos nos ayudarán en el estudio económico de la reposición de los equipos.

En definitiva las estrategias de ahorro que nos proporciona la información obtenida en la monitorización es muy amplia y su aplicación está ligada directamente a una reducción considerable del coste energético de su vivienda o negocio simplemente con una pequeña inversión en los equipos de monitorización y adaptando nuestra comportamiento en el uso de la energía.

Descárgate aquí la guía en PDF sobre Monitorización y Telecontrol y no lo olvides: si te gusta ¡comparte!

 

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