La legislación vigente de la Comunidad Europea (reglamento 834/2007) plantea los términos eco (ecológico), bio (biológico) y orgánico como sinónimos. ¿Qué tienen en común? Son productos que no han sido tratados con ningún tipo de pesticida o producto químico que no sea natural, han sido cultivados respetando los ciclos propios de la naturaleza y no son transgénicos. En definitiva, estas etiquetas garantizan alimentos beneficiosos tanto para la salud de quién lo ingiere, como para el planeta.

Si buscamos matizaciones entre los tres términos podemos acentuar que bio se refiere a un producto que no contiene ningún componente que haya sido alterado genéticamente en el laboratorio. Si es ecológico, el producto proviene de un sistema de producción respetuoso con el medio ambiente en todas sus etapas de crecimiento y producción, siguiendo estrictas normas de la ganadería y la agricultura ecológica.

Cuando un producto es orgánico, significa que está libre de pesticidas, fertilizantes y otras sustancias similares que pueden alterar el producto final. En la práctica, los consumidores asocian bio a un producto natural beneficioso para la salud, mientras que eco tiene un carácter más ambiental.

No todo lo “natural” que nos venden es ecológico

Si hay un término del que abusan muchas marcas en sus políticas de venta y que no requiere un etiquetado obligatorio ese es “natural”. No existe ninguna normativa para el término “natural” en alimentación. Por ello, muchos fabricantes anuncian sus productos como naturales cuando en realidad no lo son, ya que contienen aditivos o incluso sus ingredientes han sido tratados con pesticidas u otros químicos.

Por definición, un producto natural no debe contener ingredientes artificiales o colorantes y su procesamiento no debe alterar el producto original. Los productos ecológicos, por ejemplo, son siempre naturales por su proceso de producción, mientras que un producto natural no siempre es ecológico. La única manera de saber si un producto es realmente natural, es mirar con lupa su procedencia, sus ingredientes y su proceso de producción.

Fuentes: El País | Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente

 
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