¿Es posible construir un hotel ecológico en mitad de la Selva? Sí, y de hecho ya es una realidad en Kerala. En esta región india, un hotel ecológico no sólo separa los residuos generados para poder reciclar, sino que mantiene tanto su césped como su jardín botánico de un modo absolutamente sostenible.

Para ello, recurre al compost que genera recogiendo todas las hierbas y las hojas de los árboles. Tras un proceso que se prolonga durante cerca de 60 días en unos depósitos, los microorganismos y los gusanos generan un compost con el que se fertiliza la tierra.

¿Dónde va a parar este fertilizante natural? Al huerto, de donde sale toda la comida, desde coliflores, a brócoli o zanahorias, que posteriormente se sirven en el restaurante.

No es el único uso que se da a las hierbas y hojas secas de la finca: además de emplear buena parte de esas hierbas en la medicina tradicional de los indios de Kerala, los rastrojos van a parar a una planta de biogás que produce la energía necesaria para el juego de la cocina.

No sólo eso, sino que los tejados también se fabrican con hierbas recogidas en la selva, protegiendo de la lluvia, el sol y los insectos. Su confección consta de tres capas distintas; la primera de las capas, la superior, es la que se renueva cada año, para garantizar la impermeabilidad. Por su parte, las dos capas inferiores pueden llegar a aguantar sin modificarse cerca de diez años.

En lo que al agua se refiere, los responsables de este hotel ecológico aprovechan al máximo el agua de lluvia, filtrándola y purificándola para utilizarla después para beber, hacer la comida, regar e, incluso, para la piscina.

Para ello es necesario seguir todo un proceso, que va desde el almacenamiento en unos depósitos, a su mezcla con cloro para eliminar las bacterias como paso previo al filtrado de carbón vía unas arenas que eliminan impurezas, que aún habrán de eliminarse más gracias a la osmosis con imanes. Cumplido todo este ciclo, el agua va a parar a un tanque general para su posterior embotellado.

Asimismo, más de 650 planchas fotovoltaicas se encargan de generar la energía suficiente para satisfacer todas las necesidades del hotel, con la excepción de las lavadoras y la cocina. Para ello se almacena toda la energía en largas hileras de baterías, conectadas a contadores inteligentes que cada hora proporcionan la información necesaria tanto de todo el consumo como de la generación.

Sigue la ruta ecológica por la India con los próximos posts.

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