1. Las empresas de servicios energéticos

De acuerdo con la Directiva Europea 2012/27/UE de eficiencia energética, se entiende por empresa de servicios energéticos la persona física o jurídica que pueda proporcionar servicios energéticos en las instalaciones o locales de un usuario y afronte cierto grado de riesgo económico al hacerlo. Todo ello, siempre que el pago de los servicios prestados se base, ya sea en parte o totalmente, en la obtención de ahorros de energía por introducción de mejoras de la eficiencia energética y en el cumplimiento de los demás requisitos de rendimiento convenidos.

El servicio energético prestado por la empresa de servicios energéticos (ESE) consiste habitualmente en un conjunto de prestaciones incluyendo la realización o gestión de inversiones inmateriales, de obras o de suministros necesarios para optimizar la calidad y la reducción de los costes energéticos.

La importancia de este modelo se refleja en el Plan Nacional de Acción de Eficiencia Energética (PNAEE 2014-2020), así como en la inminente transposición al ordenamiento nacional de la Directiva mencionada, que la sitúan como medida horizontal básica para la consecución de los objetivos de eficiencia energética, sobre todo en el sector público.

2. Riesgos del modelo de servicios energéticos

El objeto de un contrato de servicios energéticos es cubrir todo un abanico de prestaciones que habitualmente proporcionan diferentes contratos bajo un único contrato que además aporta un beneficio económico (ahorro de costes) y un beneficio operativo (garantía de resultados).

El modelo quedaría completo para proporcionar la máxima confianza al cliente si el contrato de servicios energéticos queda complementado por un seguro de eficiencia energética.

Como se aprecia en el gráfico, los riesgos inherentes al contrato de servicios energéticos pueden ser de cuatro tipos:

  • Riesgos técnicos: asociados a la tecnología (equipos y sistemas) utilizada en un proyecto ESE
  • Riesgos de diseño: cuantificación del ahorro derivado de las medidas identificadas, período de amortización de las inversiones
  • Riesgos de solvencia: riesgo asociado a la solvencia técnica y profesional de la empresa de servicios energéticos
  • Riesgo de crédito del activo subyacente sobre el que se desarrolla el proyecto de inversión

La financiación de los proyectos depende en muchas ocasiones de la cobertura de los riesgos que se proporcione al inversor, pudiendo para ello apoyarse en compañías aseguradoras que ofrecen los denominados seguros de eficiencia energética.

3. Características de los seguros de eficiencia energética

Como aproximación a estos seguros, se puede establecer como alcance estándar las siguientes coberturas:

  • Ahorro calculado: la cobertura básica garantizaría el ahorro durante el plazo previsto de amortización ante cambios regulatorios, modificaciones de la instalación no previstas o autorizadas, provisión de suministros o materiales por terceros, etc., resguardando las posibles penalizaciones por incumplimiento de contrato
  • Todo riesgo daños materiales: cubriría la reparación/reposición de equipos e instalaciones que formen parte del proyecto de eficiencia energética, quedando excluido el normal desgaste, mantenimiento preventivo y garantía de fabricantes
  • Lucro cesante: cubriría la pérdida de beneficios por distintas causas ajenas al operador (imposibilidad de acceso a las instalaciones, fallo en los suministros, daños eléctricos, extraordinarios, etc.)

La cuantificación de las desviaciones entre el ahorro realmente producido y el calculado en proyecto debería realizarlo un tercero independiente sobre la base de un plan de medida y verificación aceptado previamente por las dos partes.

Las primas que se manejan en el mercado, en el entorno del 0,5% al 0,75% de la inversión realizada, presentan la ventaja de ser un coste fijo conocido, por lo que se tiene en cuenta en los gastos de explotación. De esta manera, su repercusión es mínima sobre la rentabilidad esperada del proyecto, mientras que la minimización de los riesgos asumidos tanto por el inversor/explotador como el propietario del centro consumidor permite que la toma de decisión sea más objetiva y probable en términos comerciales.

Se da la circunstancia de que, en muchos proyectos, la mejora de las condiciones de financiación supera el coste de la prima, haciendo que el producto no suponga ningún sobrecoste.

Como conclusión cabe indicar que la paulatina generalización de este tipo de productos puede ser determinante para que la difusión del modelo de servicios energéticos alcance las cuotas de mercado que se apuntan en las diferentes Directivas Europeas que tratan de promover el sector, al superarse la barrera de los riesgos con un coste tendente a cero.

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