Árboles artificiales

Indicados para aquellas personas que no quieren cuidar de un árbol natural durante todo el año. El principal problema es que en su fabricación se emplean materias primas procedentes del petróleo y otros productos de alto impacto ambiental.

Debemos recordar que la gran ventaja de estos árboles de Navidad artificiales es que están diseñados para poder usarse año tras año, por tanto, en toda su vida útil no se genera ningún residuo asociado.

Árboles cultivados

A priori puede parecer la opción más sostenible, pero debemos tener en cuenta que estos árboles pueden haber sido cultivados con pesticidas o herbicidas, o transportados desde zonas lejanas, lo que aumenta las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).

Además, si queremos replantar nuestro árbol navideño en el jardín, debemos escoger especies adaptadas a nuestro clima y no solo aquellas que sean más vistosas.

Por desgracia, la mayoría de estos árboles acaban en un contenedor al finalizar la Navidad; la tasa de replantación es menor al 20%.

Árboles reciclados

Esta opción es la más sostenible de todas. Consiste en emplear materiales reciclados disponibles en nuestros hogares para crear una estructura arbórea. Los materiales y modelos son infinitos, además de ser una actividad muy entretenida para realizar en familia. Al terminar la Navidad podremos llevarlo al contenedor más cercano, cuidando de separar los diferentes residuos para reciclarlos correctamente.

La variedad de árboles de Navidad disponibles en el mercado es muy amplia. Por eso es importante que optemos por opciones con menor impacto sobre el medio ambiente. De nada sirve comprar un árbol cultivado para después tirarlo, o uno reciclado si no separamos convenientemente los residuos al final de la Navidad.

Fuente: Elaboración propia / Conan (Flickr)

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