En realidad, son varios los tipos de compost que crean, dependiendo de las necesidades del cultivo y suelo.  A algunos de los compost se les añaden plumas para incrementar el contenido en nitrógeno y a otras, por ejemplo, lo que se les añade es arroz integral y abono de pato, mejorando el drenaje y la oxigenación de suelos arcillosos. Lo mismo ocurre con el mantillo y astillas, que se ofrecen a distintos tamaños para ayudar a preservar la humedad del suelo, evitar la erosión del mismo y decorar los caminos.

El proceso de compostaje, como se puede ver en el vídeo es simple, si bien un poco distinto del que podrías realizar en el jardín de tu casa, ya que a éste no se le añaden productos de residuos comestibles ni se utilizan lombrices. En este caso, los residuos del jardín (troncos, ramas y hojas) pasan por distintas máquinas trituradoras que los fragmentan en pedazos cada vez más pequeños.

Así se consigue que el material de partida sea poroso y los fragmentos de material seco y húmedo tengan alrededor de 6 cm de largo. Estos se apilan en montones de al menos un mínimo de 1 metro de alto, evitando que la humedad de los mismos descienda por debajo del 40%. Pronto, la pila de material comenzará a descomponerse y a generar calor internamente, alcanzando alrededor de los 65ºC. 

A medida que el material se descompone, se va encogiendo, los fragmentos y fibras de plantas desaparecen y poco a poco va oscureciendo, tomando apariencia de tierra muy fina, con buen olor, y la temperatura disminuye gradualmente. Durante todo el proceso hay que dar la vuelta de vez en cuando a la pila de material, y entre tres y cinco meses después el compost está listo para su uso.

Con la ayuda de todos los residentes de Sonoma, esta compañía ha conseguido convertir un total de 1.600.000 toneladas de residuos en compost, mantillo y astillas.

Rate this post

Write A Comment

Guardar en Pinterest