Vajillas de caña de azúcar

Las vajillas hechas con la pulpa de fibra de caña de azúcar son una opción de lo más natural. Con un acabado liso y suave, no tienen ningún tipo de sustancia tóxica y son biodegradables, descomponiéndose por completo en dos meses. Son muy resistentes, impermeables y pueden reciclarse para hacer papel. Hechas con este material, la marca china Xiamen Biopack Sales Co. ofrece una gran variedad de vajillas.

Vajillas de bambú

El bambú es otro material natural que además está actualmente muy de moda. Lo sabe muy bien el japonés Shinichiro Ogata, autor de la vajilla Wasara elaborada con bambú y productos derivados de la extracción del azúcar. Con un bonito diseño, sus platos y cuencos son impermeables y resistentes a temperaturas de hasta 85 grados. La vajilla Bambú Home Veneerware es otra buena alternativa. Realizada en bambú termoconformado a 100ºC, sus piezas se transforman en abono en tan sólo seis meses. Se pueden reutilizar, aunque hay que lavarlas con poco agua. Por otra parte, la vajilla de Bioworks se puede meter en el lavavajillas y al final de su vida útil se descompone totalmente en 4 o 6 meses.

Vajillas de cáscara de naranja

Otro tipo de vajilla biodegradable de lo más original es la creada por el diseñador Ori Sonnenschein para Solskin Peels. Sus platos, tazas y cubiertos se crean a partir del moldeado de cáscara seca de naranjas. Además de ser totalmente respetuosa con el medio ambiente, su aroma es delicioso.

Vajillas de arroz

La marca The Dida World utiliza la pasta de fibra de arroz para crear una bonita vajilla infantil, segura y cien por cien biodegradable. El kit, que incluye vaso, cuenco, plato, cuchara y tenedor, es una alternativa más sostenible que las vajillas de plástico, las más comunes para los bebés. Soporta temperaturas de entre -30 a 120 grados, aunque si se usa a temperaturas muy altas puede desprender un olor a cáscara de arroz que resulta natural y totalmente inofensivo.

Vajillas comestibles

Hay un tipo de vajilla biodegradable que directamente forma parte del menú, es decir, se come. Son los casos de la vajilla de galleta diseñada por el japonés Nobuhiko Arikawa, creada para el restaurante Orto Café; la iniciativa ecológica “Do Eat”, donde no se desperdicia nada con sus platos hechos de fécula de patata; la cuchara de Triangle Tree, hecha con ingredientes orgánicos comestibles; o los bonitos vasos de Loliware, fabricados con gelatina vegetal agar-agar, muy típica de la cocina japonesa, y que, aunque no lo parezcan, se comen a mordiscos.

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