Así y después de que a principios de año el Ente Nacional Regulador de Electricidad (ENRE) publicara los nuevos cuadros tarifarios, algunos medios de comunicación crearon calculadoras con las que basta introducir la empresa distribuidora y el último consumo bimestral y se podrá saber el importe de la próxima boleta de la luz.

Para realizar estos cálculos y con ellos la suba, se introducen otras variables como la capacidad de ahorro del usuario. El funcionamiento es simple; se recurre a cuatro cuadros tarifarios diferentes:

  • Para usuarios sin ahorro.
  • Para quienes consuman entre un 10 y un 20% menos.
  • Para quienes ahorren más del 20%.
  • Para consumidores de tarifa social, sin cargo para los primeros 300 kwh consumidos en el bimestre.

Consumo eléctrico del hogar

Cuatro componentes en la boleta

Para entender la boleta de la luz, comprender el consumo eléctrico que tenemos y, de esa manera, poder ahorrar, es importante comprender que el costo de la tarifa eléctrica consta de cuatro componentes:

  • La generación: el precio al que las distribuidoras compran la energía en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM).
  • El costo de transporte.
  • La distribución de la energía.
  • Los impuestos.

Los artefactos y su consumo

Para no empezar la casa por el tejado es importante saber cuáles son los artefactos eléctricos que más energía consumen, porque de su uso y abuso pueden truncarse nuestros deseos de reducir la boleta de la luz. Por citar algunos ejemplos, situados en los dos extremos (los que más potencia tienen y los que menos):

  • Lavarropas automático: 2.520 Watt
  • Turbo calefactor: 2.400 Watt
  • Horno eléctrico: 1.300 Watt
  • Horno Microondas: 800 Watt
  • Secador de pelo: 300 Watt
  • Freezer: 180 Watt
  • Ventilador: 170 Watt
  • Heladera: 150 Watt

Sin embargo, no debemos caer en la trampa con los que consumen menos, pensando que no nos pueden dar una disgusto cuando llegue la boleta. En este sentido, un secador de pelo, a pesar de tener más potencia que un ventilador, termina siendo más barato. ¿Por qué? Sencillo, por una variable en la que no siempre reparamos: su tiempo de utilización; mientras el secador sólo es unos instantes, el ventilador se de uso prolongado.

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