¿Por qué no disfrutar de la energía eólica casera? Para hacerlo, bastan unos cuantos materiales en desuso, un poco de tiempo y algo de destreza. Lo primero que habremos de buscar es un viejo ventilador que ya no utilicemos. Sus hélices serán las que den cuerpo a nuestro molino de viento.

Esta es, en realidad, la parte más simple de la construcción, porque el verdadero corazón de nuestro ingenio será el generador eléctrico que construyamos. Para ello recurriremos, por ejemplo, a un motorcito de lavar ropa, común y corriente. Ese será nuestro particular generador, funcionando como si fuera una dinamo. Esto quiere decir que generará una corriente eléctrica cuando hagamos girar su rueda.

¿Cómo haremos para hacer girar la rueda sobre su eje? Ahí es cuando entran en juego las hélices del ventilador, aunque previamente tendremos que prepararlas. Para ello, necesitaremos antes una polea y un trozo de manguera transparente de la misma longitud que el diámetro de la circunferencia de la polea, puesto que la introduciremos en su carril hasta que lo cierre por completo.

Cuando esté montada esta polea, la soldaremos al eje posterior de las hélices del ventilador con un soldador, de manera que cuando ésta gire, la polea también lo hará. Éste será el movimiento que propiciará que, cuando la polea roce con la rueda del generador, produzca una corriente eléctrica por encima de los 10 voltios, lo que resulta más que suficiente para iluminar una lámpara LED. En algunos casos y según la intensidad y constancia del viento, podríamos superar incluso la barrera de los 17 voltios.

El siguiente paso será colocar los cables que conduzcan esa corriente eléctrica y la energía eólica casera será una realidad. Para ello utilizaremos un sencillo puente de diodos, que hará las veces de rectificador y evitará parpadeos en el alumbrado. Estos diodos pueden extraerse de una vieja plaqueta base de un computador, así como un capacitor de unos 16 voltios.

Si miramos el dibujo de los diodos, identificaremos que en uno de los extremos del cilindro negro hay una banda gris. Es la que identifica el polo llamado cátodo, mientras que al otro extremo se encontraría el ánodo. Pues bien, con ayuda de un soldador y formando la estructura de un rombo soldaremos las patas de los diodos de manera que el ánodo de uno de ellos suelde con el cátodo del siguiente y seguiremos así hasta cerrar la escuadra.

Tendremos un rombo de cuatro puntas, dos de ellas son los polos (negativo y positivo) y será en donde soldaremos las patas del capacitor, dejando las otras dos para conectar los cables que vienen del generador. Gracias a este puente rectificador transformaremos la corriente alterna en continua.

Además, si queremos ir más allá de iluminar lámparas LED y, por ejemplo, pretendemos recargar una batería habremos de incorporar dos últimos pasos. Por un lado, instalar entre nuestro puente rectificador y la batería un regulador que estabilice la corriente continua y, por otro, disponer de un inversor, puesto que la corriente que sale de la batería es continua y la que consumen los electrodomésticos de nuestros hogares es alterna de 220 voltios. Completado ese paso, no sólo habremos reciclado materiales en desuso sino que, además, estaremos utilizando energía limpia.

Fuentes: Mi Energía GratisYouTube | Taringa!

Rate this post

Write A Comment

Guardar en Pinterest