El proceso comienza con la separación y trituración de los residuos a través de máquinas de mandíbula. Tras un proceso de tamizaje y selección, se logran diferentes tipos de áridos, similares a los formados a partir de la gravilla y la roca. La clasificación de los residuos y su correcta gestión en origen es fundamental para garantizar un producto final limpio y válido que pueda utilizarse después para levantar muros de separación, fabricar adoquines, bordillos, bloques de cemento e incluso construir casas prefabricadas.

Los estudiantes de la Universidad Nacional de Medellín se han marcado un objetivo muy ambicioso con este proyecto: abarcar hasta un 30% del mercado de agregados en el país. El reciclaje de escombros y otro tipo de residuos urbanos tiene sin duda numerosas ventajas ambientales, pero también económicas, ya que resultan muy rentables como fuente de áridos para la construcción. Algunas empresas ya se han interesado por la idea de estos jóvenes. Es el caso de Recicom S. A. S., que sustenta este proyecto que comenzará a funcionar en la vereda La Quiebra (Caldas, Antioquia), un lugar estratégico rodeado de cinco escombreras. El objetivo a largo plazo de estos estudiantes es aumentar la producción de agregados reciclados como mínimo en un 1% al año durante la próxima década.

Esta iniciativa ayudará conseguir nuevos materiales de construcción y a disminuir la cantidad de residuos que se depositan en las escombreras y a darle una nueva vida a la gran cantidad de materiales que se generan en cualquier tipo de obra, ya sea en trabajos de demolición, rehabilitación, reforma o nuevas construcciones.

Fuentes: Twenergy / caracol.com / Flickr

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