Veamos: ¿Qué está pasando en torno al mercurio?

La (malsana) fiebre del oro

En la última temporada, de unos cinco años a esta parte, miles de dragas y retroexcavadoras ilegales en al menos nueve departamentos de Colombia (desde Ayapel, Córdoba, hasta el río Nechí, Antioquia) buscan oro cual depredadores sin escrúpulos.

Para separar el oro de otros minerales, se emplean mercurio y cianuro, con consecuencias tan dramáticas como acabar con las capas superiores del suelo, las que sustentan la vida vegetal. O filtrarse a las aguas subterráneas.

Tras el paso de estas dragas, quedan arenas muertas y lagunas de mercurio tan grandes como una urbe de la zona. Peces que no se pueden comer, y agua que no se puede beber. Los peces, la tradicional fuente de alimentación más económica para la población, presenta restos de mercurio en “niveles no permisibles para el consumo humano”, según el Ministerio de Ambiente.

Según informes del Sistema de Monitoreo Antinarcóticos de la Policía (Sima), se han identificado ya 6.330 puntos donde se extrae oro de aluvión en todo el país. Habría 95.000 hectáreas totalmente afectadas por esta extracción descontrolada. Chocó (40.780 hectáreas), Antioquia (35.581 hectáreas), Bolívar (8.629) y Córdoba (5.291) son las zonas más explotadas. Pero Nariño, Cauca, Valle, Caquetá y Guainía no se libran de la depredación.

La dimensión del desastre ecológico aún no ha sido estimada. Sólo en el departamento de Chocó, el Ministerio de Ambiente calculó en 2013 la existencia de 67.000 hectáreas de selva húmeda “fragmentada o transformada”.

¿Y la salud humana?

El asunto es serio. Un estudio de la Universidad de Cartagena señala que buena parte de la población de Río Quito, Chocó, presenta contaminación de mercurio en la sangre. En una muestra de 100 personas, 80 presentaron índices altos de mercurio en sangre, orina y cabello. Esto puede traducirse en futuros problemas de “riñón, corazón, pérdidas de memoria y propensión al párkinson”, tal y como han explicado las autoridades. Y no olvidemos las consecuencias medioambientales, en un departamento con uno de los ecosistemas más variados a la vez que vulnerables del mundo.

Las máquinas retroexcavadoras de minería ilegal operan en el río de la zona sin control alguno, según denuncia la prensa colombiana, para extraer oro que se venderá en otros municipios. El alcalde de Río Quito explicaba a El Tiempo: “Todos tenemos afectación por los peces, por el agua y el aire. Los mineros queman el mercurio a cielo abierto (para separarlo del oro), nosotros inhalamos ese aire y el agua de la lluvia también está contaminada”. Las instituciones tienen de aquí a 2023 el reto de frenar el desastre.
 

Fuentes: El Tiempo: Minería ilegal en el Chocó | El Tiempo: La fiebre del oro | El tiempo: La situación de Chocó | La República

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