La eficiencia de un motor eléctrico está a años luz del mejor motor de combustión interna de cualquier coche comercial del mercado. Por lo que no hay duda de que el motor eléctrico se impondrá por puro sentido común. También es verdad que el “problema” actual de los coches eléctricos es la autonomía, es decir, la acumulación de la energía o, en otras palabras, la capacidad del depósito de “combustible” eléctrico. Pero, ¡todo llega! Si no, echemos la vista atrás. Tan solo 15 años atrás. Comparemos los teléfonos móviles que teníamos a los que ofrece hoy el mercado. Y me refiero incluso a tecnología de acumulación de energía con la irrupción de la tecnología de litio…
Pero yo incluso quiero ir más allá. Aparte de las constantes evoluciones en tecnologías de baterías basadas en litio, existen otras tecnologías prometedoras en el medio plazo, como puede ser los acumuladores basados en condensadores o incluso la famosa pila de combustible de hidrógeno, ambas tecnologías ya testadas pero aún sin refinar o caras.
Pero, ¿y si utilizáramos nuestra red eléctrica (la estática, la que nos lleva luz a la cocina) como acumulador de energía de los coches eléctricos?
Coches eléctricos sin batería
Ya existen muchos estudios y proyectos que literalmente “pasan” de baterías para mover un coche eléctrico. Esto no es ciencia ficción. ¿Cómo funciona un tren hoy en día? Es un vehículo eléctrico “sin baterías de litio” pero con autonomía ilimitada (o limitada a la propia red ferrocarril). También tenemos ejemplos de vehículos eléctricos en muchas ciudades europeas: trolebuses eléctricos que funcionan por las calles enchufados a una catenaria.
Una empresa del Reino Unido presentó hace unos meses un desarrollo de “Scalextric” a tamaño natural. De momento el proyecto se limita a un circuito de carreras con coches de carreras, donde los coches “chupan” la electricidad por inducción de la propia pista, exactamente como funciona un circuito de Scalextric. El objetivo es de poder organizar carreras de coches eléctricos sin limitaciones en cuanto a la autonomía o potencia. Este proyecto me parece muy interesante porque es un primer paso a un posible sistema de “catenaria” para coches… muy parecido a la catenaria de un tren o trolebús, pero adaptada a los coches.
Autopista Solar
Pero hay un proyecto mucho más interesante. Una empresa de Estados Unidos lleva ya unos cuantos años desarrollando un proyecto que puede ser el futuro de la generación eléctrica y la movilidad eléctrica. Esta empresa ha desarrollado una “Autopista Solar”. Su idea es de cubrir las autopistas con paneles solares, que generen electricidad y al mismo tiempo transferirla a los coches que se mueven por ellas. El estudio preliminar del proyecto indicaba que si se cubrieran las carreteras y autopistas de Estados Unidos de paneles fotovoltaicos, no se necesitaría ninguna otra fuente de generación eléctrica. Es decir, Estados Unidos sería auto suficiente en cuanto a generación de energía, además de ser renovable.
Uno de los handicaps que tiene hoy en día la generación de energía fotovoltaica es la superficie que necesita para su instalación: esas inmensas “huertas solares” son difíciles de ubicar además de que pueden generar algún rechazo visual. Con este proyecto, ese factor se elimina. Hoy en día las carreteras y autopistas de asfalto son superficies oscuras que ya están ahí, y que además el común de los mortales “acepta” su estética… ¡Qué mejor sitio donde instalar paneles fotovoltaicos y provechar toda esa superficie que lo único que hace es absorber calor y poco más!
Además esta autopista solar tiene más funciones: se calientan en invierno evitando las heladas, nieves en la carretera, y eliminación de quitanieves y camiones que esparcen sal. También serían luminosas: por la noche, unos LED se pueden configurar para iluminar la calzada como una pista de aterrizaje en un aeropuerto además de poder dibujar en la calzada señales de trafico con iluminación LED… Y lo más importante, los coches que circulen por ella se pueden abastecer de electricidad en movimiento, lo que permite alargar la autonomía de los coches a la propia red de carreteras y autopistas.
Esto no es ciencia ficción. Son tecnologías que existen ya. Tan solo hay que poner voluntad (y mucho dinero) para que funcionen. Lo que está claro es que el sentido común dice que el futuro de la movilidad no pasa por los combustibles fósiles, y que hay que buscar alternativas.
Hace muchos años, unos señores descubrieron que quemando un aceite pesado que salía de la tierra podían generar energía… y tuvieron la idea de aplicarlo al automóvil (que ya se movía con vapor y electricidad). Y de ahí nació el comienzo del desarrollo continuo del motor de combustión interna. Por aquellos años nadie se interrogaba por la calidad del aire y la ecología en un entrono global.
Todo llega, y sobre todo, si tiene sentido común.