Hace unas semanas llegué al Polo Norte, un camino que se puede hacer tanto en verano como en invierno. Ahora, en verano, por una pista de 700 km desde Dawson City hasta *Inuvik, Canadá; en invierno sobre las “ice roads”, unas carreteras que discurren sobre el hielo, en el trazado de los ríos de esta zona ártica. Antiguas tribus de esquimales se alimentaban de grasa de ballena, foca y carne de reno, hoy en día la población blanca ha desplazado a las tribus y cambiado sus hábitos alimenticios, entonces, ¿qué se come en este lugar?

Según iba llegando al Círculo Polar Ártico me iba preguntando por el tipo de alimento del que dispone la gente que vive en estas latitudes. Tan solo hay un hotel en el kilómetro 300, Eagles Plain, un antiguo apeadero y os aseguro que todo es carísimo. El agua la tienen que bombear desde 60 km, imaginad desde dónde llegan los alimentos.

Cuanto más cerca del *Ártico, menos vegetación. Campos y campos de tundra habitada por pequeños roedores y flores en el verano. Es imposible cultivar nada, en invierno es un paisaje blanco de nieve y hielo, con muy pocas horas de luz. En verano no hay noche, tres meses de luz y bajo el verde de la tundra está el *Permafrost, una capa de hielo que impide que los árboles echen raíces.

Llegué  a Inuvik en tres días de moto, muerta de hambre y picoteada por los mosquitos que reviven en los millones de charcas, lagunas y lagos de esta zona. Lo primero comer, me dije. Todo es muy caro, tienen que traerlo desde otros lugares tanto en inmensos camiones tren, como en avionetas capaces de aterrizar sobre pistas de grava.

Huerto urbano

Tras un suculento filete de Moos (reno) con su ensalada, me dirigí a casa de unos amigos: una mejicana y su marido, canadiense. Ellos me sacarían de dudas sobre la economía casera en un lugar extremo como este.

Lo primero que pregunto es por la fruta, es lo más difícil de transportar sin que se estropee. Me dicen que casi no se toma fresca, sí en conservas. Lo que es más fresco son los frutos rojos o bayas, que crecen más fácilmente en esta época del año, sobre todo las fresas y frambuesas.

Cenamos una barbacoa, algo muy típico por aquí y me ofrecen una buena ensalada. Esta lechuga está muy rica, no es la “iceberg” redonda, fácil de transportar y muy resistente, pero con poco sabor. Me cuentan que aquí, en Inuvik, disponen de un huerto para la comunidad y claro está, quiero ir a verlo.

Es un edificio enorme, es un invernadero gigante. Me piden que firme en su libro de visitas. Dentro está lleno de luz y se respira un ambiente húmedo, hace calor y no hay mosquitos. Los vecinos disponen de sus propios parterres donde cultivan tomates (es lo más caro del supermercado), fresas, lechugas, pequeños limoneros, hierbas aromáticas como el tomillo o el orégano, coles, pepinos y todo tipo de calabazas. Están decorados con figuras de colores y en el pasillo central disponen de bidones para el riego. Muchos de ellos tiene un cartel, piden a otros vecinos que los rieguen, se han ido de vacaciones y necesitan la ayuda de otros. De nuevo, la comunidad y compañerismo que crean los huertos urbanos, esto me gusta.

En un lugar tan remoto como Inuvik, en donde los inviernos son largos y duros, ésta es una manera de relacionarse cuando el verano hace salir de las casas a sus habitantes. De nuevo los huertos urbanos acercan a las personas y nos hacen ser sociables. También ayudan a la economía, las familias no deben gastarse más de la cuenta en el supermercado, disponen de vegetales ecológicos, cultivados por ellos mismos, mucho más sabrosos que los que traen desde miles de kilómetros.

Solo hay una pega, en invierno, este huerto urbano deja de existir, las tierras se ponen al barbecho y esperan hasta el año siguiente.

¿Te imaginas vivir en el Polo Norte? ¿te gustaría que en tu ciudad existiesen los huertos urbanos?

*Inuvik es un poblado de 3.500 personas dos grados al norte del círculo polar, entre la tundra y bosques boreales. En 1998, la Asociación de Inuvik para Jardines Comunitarios decidió rescatar una arena y escuela abandonadas que iban a ser demolidas. Reemplazaron las paredes con vidrios y añadieron un segundo piso, creando el invernadero más al norte del planeta.

*El permafrost, permagel o permacongelamiento es la capa de hielo permanentemente congelado en los niveles superficiales del suelo de las regiones muy frías o periglaciares, como es la tundra. Puede encontrarse en áreas circumpolares de Canadá, Alaska, Siberia, Tíbet, Noruega y en varias islas del Océano Atlántico Sur como las Islas Georgias del Sur y las Islas Sandwich del Sur. El permafrost se puede dividir en pergelisol, la capa helada más profunda, y mollisol, capa más superficial que suele descongelarse.

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