La escasez de agua constituye uno de los principales desafíos del siglo XXI al que se enfrentan numerosas comunidades de todo el mundo. Aunque hay suficiente agua potable en el planeta para abastecer a todas las personas que vivimos en él, este recurso natural está distribuido de manera irregular, contaminada y se gestiona de forma insostenible.
Instituciones como la Organización Mundial para la Salud (OMS) o UNICEF llevan años trabajando en iniciativas para garantizar el abastecimiento sostenible de agua a todas las comunidades, sobre todo en zonas aisladas y países en desarrollo, donde miles de personas se enferman y mueren a consecuencia de no tener agua salubre. UNICEF aporta datos que nos deben hacer reflexionar: 400 millones de niños, uno de cada cinco, no tienen acceso a agua potable. La consecuencia: más de 1.400 niños menores de cinco años mueren diariamente de enfermedades diarreicas relacionadas con la falta de agua potable y un saneamiento adecuado.
UNICEF trabaja en programas de Agua, Saneamiento e Higiene en más de 100 países. A través de la perforación de pozos y la puesta en marcha de planes de salubridad de agua, cada vez más gente puede acceder a este derecho vital. Por ejemplo, en Pakistán, más de 100.000 personas han recibido agua potable gracias a unos pozos excavados manualmente. Las escuelas son otro objetivo de las organizaciones humanitarias, donde se llevan a cabo programas de agua, saneamiento e higiene, que incluyen la construcción de letrinas o la promoción de prácticas de higiene seguras entre los niños.
Todos los esfuerzos de las organizaciones internacionales tienen su recompensa, aunque aún queda mucho por hacer. Como consumidores, también podemos poner nuestro granito de arena. El Día Mundial del agua tenemos una cita importante para replantearnos nuestros hábitos de consumo en cuanto energía y agua. Recuerda que el ahorro de este recurso tan preciado para la vida comienza en nuestro hogar.
Fuentes: UNICEF | Organización Mundial para la Salud | Flickr