México ocupa el lugar 106 de 122 en referencia a la calidad de agua a nivel mundial. 10,6 millones de personas en el país no tienen acceso a agua potable. Las consecuencias de esta situación resultan en el consumo de agua contaminada cuando la hay y en los consecuentes problemas de salud. Sin embargo, la contaminación del agua puede ser atendida con el tratamiento adecuado para la potabilización y depuración de este recurso. 

El aumento de población, la urbanización de grandes ciudades,  el incremento de consumo en hogares, la agricultura y la industria han resultado en el incremento de la demanda de agua de manera significativa. En México:
•    17% de agua potable se utiliza para la industria y el comercio
•    43% se utiliza en un contexto doméstico
•    37% se encuentra en tomas clandestinas

En el territorio mexicano hay un problema alarmante entre la contaminación, la falta de un tratamiento adecuado y la incorrecta reutilización del agua. En los hogares no se suele tomar en cuenta el impacto que tiene la contaminación del recurso. Uno de los organismos más relevantes en el país es el “Instituto Mexicano de Tecnología del Agua – IMTA”, organismo público descentralizado inscrito en la “Secretaría de Medio Ambiente, SEMARNAT”. Entre sus labores se encuentran los servicios de potabilización, tratamiento de aguas residuales, hidrobiología y evaluación ambiental entre otras relacionadas con el vital líquido.

El agua suministrada a través de redes públicas es considerada agua potable. Esto significa que debería encontrarse libre de sustancias y microorganismos dañinos para la salud. A pesar de esto, en ocasiones el agua puede estar sujeta a contaminación en el trayecto hacia los hogares. Es decir, puede que al salir de la llave no sea apta para beber. La gran mayoría de las enfermedades gastrointestinales son consecuencia del consumo de agua insalubre.

 Ante esto, lo más recomendable es la purificación, métodos sencillos y económicos que aseguran que el agua no represente riesgo alguno para la salud. “Purificar el agua” se usa como sinónimo de hacer “potable”. El proceso consiste en eliminar del agua cualquier sustancia que la pueda hacer riesgosa para la salud. Uno de los métodos más rápidos, económicos y efectivos para lograr la eliminación de las bacterias contenidas en el agua es la cloración aunque no es el único. Entre las opciones que existen para purificar el agua en casa encontramos: Desinfección con cloro, por ebullición, con plata iónica, con filtros de cerámica, con filtros de carbón activado, por ozono, rayos UV, etc.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el uso de cloro para desinfectar es el medio más seguro de obtener agua microbiológicamente potable. Esto se debe a que el cloro es altamente efectivo en el combate a todo tipo de posibles microbios. Su garantía la hace una práctica que se realiza como desinfectante en hogares, hospitales, granjas y albercas. 

    El sistema de desinfección por cloración es utilizado ampliamente en México para lo cual se suele utilizar hipoclorito sódico. Además, es un medio fácil y seguro que es sumamente efectivo para la purificación del agua durante toda la cadena de suministro. Empresas con presencia internacional como Kern S&D disponen de una tecnología innovadora de producción de hipoclorito “in situ” que permite adaptarse a las necesidades de una zona específica (ya sea grande o pequeña) – estas plantas son fáciles de implantar y operar, permiten conseguir importantes ahorros económicos, con una inversión baja. Al final, sea cuál sea el método usado, lo relevante es guardar conciencia de la importancia del Agua y su uso responsable. Del 43% del agua de México destinada a hogares, una gran cantidad se pierde por pequeñas acciones que pueden ser corregibles. Cerrar la llave del agua al afeitarse o lavarse los dientes son detalles menores pero vitales en ésta cadena de responsabilidad. 

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