La utilización de aguas reutilizadas o aguas regeneradas permite hacer un uso más eficiente del recurso hídrico y aumentar de esta manera la cantidad de agua disponible.
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Ciclo del agua reutilizada
El ciclo del agua reutilizada comienza cuando el agua es utilizada por el ser humano en sus diferentes actividades. Este agua, antes de ser vertida, tiene que pasar por una planta de depuración que la devuelva a unas condiciones similares a las originales.
En esta planta, denominada EDAR, el agua es sometida a una serie de tratamientos donde se eliminan las sustancias contaminantes. Cuando finaliza el proceso se vuelve a distribuir por una serie de canalizaciones de agua reutilizadas que la distribuyen a la zona de utilización.
No todo el agua depurada sirve como reutilizada, ya que es necesario que cumpla una serie de requisitos de calidad. Por ese motivo, en ocasiones el agua recibe un tratamiento para adecuarla y poder emplearla de nuevo.
Usos de agua reutilizada
La reutilización del agua permite reducir el estrés hídrico al emplear este tipo de agua en determinadas actividades como usos agrícolas, recreativos y urbanos, entre otros. Uno de los usos más extendidos es el riego de jardines o campos de golf.
Sin embargo, existen determinadas actividades en las que su utilización está prohibida, ya que el agua no cumpliría los requisitos mínimos de calidad establecidos:
- Consumo humano.
- Usos propios de la industria alimentaria.
- Uso en instalaciones hospitalarias y otros usos similares.
- Cultivo de moluscos filtradores en acuicultura.
- Uso recreativo como agua de baño.
El agua es un bien escaso e indispensable para la vida. Por lo tanto, es necesario cuidarla y emplearla de manera eficiente. En este sentido, el agua reutilizada permite dar un nuevo uso a aquel agua que fue utilizada una vez, pero que mediante un pequeño tratamiento puede empelarse en determinadas actividades.